viernes, 24 de diciembre de 2010

Cuento de Navidad

El espíritu navideño tiene un punto ñoño que puede irritar, pero nadie es inmune. Poco o mucho, a todo el mundo le toca la fibra algo, aunque sólo sea un detalle, de la Navidad.

En mi caso hay una película -recuerdo de los atracones de tele en las vacaciones navideñas de mi infancia- que me hace llorar siempre, siempre, siempre. Hablo de "!Qué bello es vivir!" de Frank Capra. Me sé de memoria la historia del buenazo de George, que se ha pasado la vida aparcando sus sueños para ayudar a los demás y, desesperado por una jugarreta del destino, está a punto de suicidarse cuando su ángel de la guarda le hace ver lo importante que ha sido su existencia para mucha gente. La misma que acude en masa a ayudarle en esta escena final.

Quien no se emocione es que no es humano...

Pues bien, igual de emocionante me ha parecido esta historia real, la del joven catalán Albert Casals que recorre el mundo sin dinero, y sin que la silla de ruedas a la que vive atado le frene. Admirable.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Diez años sin Carlos Cano

Me apetece mucho escribir sobre los controladores aéreos, para defenderlos.

Ya sé que son unos pijos privilegiados que nos tienen que caer mal porque cobran demasiado dinero y dejaron a un montón de gente colgada en el inicio de sus vacaciones. Pero es que esa lectura apresurada no me convence (600.000 viajeros no es todo el país y se me ocurren otros colectivos de gente que cobran demasiado para lo poco que aportan a la sociedad y no son criticados por el poder político…). Aún me convence menos lo de tener que acostumbrarme al estado de alarma cada vez que el gobierno de turno no sepa resolver un conflicto laboral.

Pero como los controladores se defienden muy bien ellos solos -he visto en la tele a uno de sus portavoces y pocos ministros aguantarían un debate público con él- y hay suficientes artículos interesantes para leer al respecto (propongo dos: éste de Miren Etxezarreta en el que se pregunta cuánto tardarán las autoridades en trasladar la norma de que la baja no sea parte de la jornada laboral a los demás trabajadores y éste otro de José María Ruiz Soroa sobre el estado de alarma) voy a dedicar esta entrada a Carlos Cano, que falleció el 19 de diciembre de 2000.

Para el que no conozca a este cantautor y poeta andaluz, que antes de ser artista fue emigrante en Suiza y Alemania, he elegido tres canciones, seguramente no las mejores ni las más alabadas, pero sí muy significativas de su pensamiento: “La especulación”, “La metamorfosis” y “ La estrella perdida”. No hace falta ser “honoris causa” para explicar lo elemental de manera que todos nos entendamos. Cano anunciaba, allá por los 80, que llegarían tiempos mejores. Me quedo con las ganas de saber qué cantaría hoy.






miércoles, 8 de diciembre de 2010

Julian Assange, el azote de los poderosos

Nada preocupa más a un mentiroso que ser pillado en renuncio. Si montas toda una guerra, pongamos el caso, sobre la existencia de armas de destrucción masiva que van a ser utilizadas contra la población y tú, paladín de los indefensos, estás dispuesto a todo con tal de impedirlo, no gusta que alguien venga y niegue la mayor: no hay armas, no hay amenaza, no hay motivo para atacar a nadie; aparte de las ganas de dominación.

Nada enfada más a un tirano que la rebelión de los, para él, insignificantes. Tantos años, tanto trabajo de propaganda, tanto discurso sobre la libertad de prensa para que nos creamos que vivimos en el mejor mundo posible y viene un ex-hacker y editor a fastidiar el invento. WikiLeaks ha puesto en evidencia la doble moral de la política. Entre tanto cable filtrado relucen claramente al descubierto las vergüenzas del imperio. El sentido común ya señalaba algunas sombras -el caso Couso sin ir más lejos-. WikiLeaks pone las pruebas.

“La verdad siempre vencerá” es el romántico título del texto que Assange firma en The Australian. Y a mí me emociona su fé. Es cierto que la verdad se acaba sabiendo. Nunca, ni en los peores exterminios, llegan a matar a todos, todos, y alguno siempre acaba contando. Pero muchas veces se sabe tarde. Cuando ya no hay remedio.

Los poderosos ofendidos han puesto precio a la cabeza del portavoz. No hay que tomárselo a broma. De momento, Julian Assange está detenido en Londres, en cumplimiento de una orden europea de detención internacional emitida desde Suecia, acusado de delitos de agresión sexual.

Bien, quiero ver cómo “El País” y el resto de medios internacionales que se han beneficiado, de primera mano, del trabajo de WikiLeaks se posiciona acaloradamente a favor de Assange. Y que no vengan en sus editoriales con sutilezas diferenciadoras entre el Assange fuente de información y el Assange acusado de delitos sexuales, porque todos sabemos de qué va esto.

No seré yo quién menosprecie ninguna acusación de violación, pero es que cuando entras a leer el relato de lo sucedido, ofrecido por las mujeres acusadoras de Suecia, no das crédito. El delito parece ser no haber usado condón en relaciones consentidas. ¿Desde cuándo el uso del preservativo es responsabilidad de una sola de las partes?

Es imposible dejar de pensar que todo es una burda excusa para matar al mensajero y lo de matar es realmente significativo cuando voces públicas en los EEUU han solicitado que Assange sea eliminado. Si matan a Assange, si callan WikiLeaks, nos vamos a morir todos, un poquito más.

Como dicen algunos lectores en las entradas de The Australian: “We’re with you Julian” (http://freeassange.org/es). Recogida de firmas en defensa de WikiLeaks http://www.avaaz.org/es/wikileaks_petition/97.php

domingo, 5 de diciembre de 2010

Poeta baten heriotzean

Xabier Lete hil da. Agur eta ohore.

(Sí alguien necesita algún motivo para aprender euskara, aquí tiene una muestra de lo que se está perdiendo).


jueves, 25 de noviembre de 2010

De Halloween a Thanksgiving

Noviembre comienza con Halloween y acaba con Acción de gracias. Hoy es Thanksgiving en los USA -lo dice el calendario que cuelga de la pared de mi cocina- y yo sospecho que con la globalización las fiestas de EEUU acabarán siendo las de todos.

¿Cuándo se había visto aquí que la noche del 1 de noviembre la gente se vistiera de zombi? Pues ahora se hace. Puestos a copiar podíamos habernos fijado en los mejicanos que esa misma noche beben y comen en los cementerios para acompañar a los muertos, pero en vez de las calaveras de azúcar a este mercado ha llegado el "trato o truco". ¿Es posible que los vascos, que lo celebramos todo comiendo y bebiendo - de las ferias agrícolas hacemos una fiesta (Santo Tomás, último lunes de Gernika...)- acabemos cenando pavo relleno y pastel de calabaza para agradecer que los pioneros sobrevivieran al crudo invierno en el nuevo mundo? Todo depende del negocio que le vean a explotar el lado comercial. ¿Qué no me creeis? San Valentín va cuajando...

El día después de Acción de gracias, o sea mañana, es la fecha en que comienzan las compras navideñas en EEUU. Se rebajan los precios en los centros comerciales y los estadounidenses tienen fiesta para dedicarse a lo que mejor sabemos hacer en la sociedad actual: consumir. A ese día le llaman Viernes negro pero, por una vez, lo del color no tiene nada que ver con la negatividad ya que la caja en los grandes almacenes y tiendas supera las cifras de cualquier otra fecha. Es la gran fiesta del consumo.

Menos mal que el relato oficial también suele contar con una respuesta alternativa. Coincidiendo con Acción de gracias los pueblos indígenas de Norteamérica celebran, desde el año 1970, el Native's National Day of Mourning (Día Nacional de luto de los indios nativos americanos). No es difícil imaginar porqué los descendientes de aquellos indios que ayudaron a los peregrinos han denominado así esta fecha.

Y la borrachera de consumo también tiene su respuesta. Mañana, 26 de noviembre, se celebrará en los EEUU el Buy Nothing Day (Día Mundial sin Compras). En otros países la convocatoria es para el sábado día 27. Esta jornada de protesta se organizó por primera vez en Vancouver en 1992. Se invita a toda la población a no acudir a comercios y grandes almacenes, reducir al máximo las compras de esa jornada limitándolas a lo realmente necesario, o incluso anularlas, y salir a la calle para denunciar un sistema socioeconómico injusto, alienante y ambientalmente insostenible. !Toda una idea!

domingo, 14 de noviembre de 2010

Dancing in the Basque Country



Este vídeo de Iñaki Goikoetxea Arrufat está siendo muy visitado en Youtube. El y sus amigos han pasado por más de 100 localizaciones bailando. 21 meses que se resumen en siete minutos gozosos.

Eskerrik asko Iñaki ta konpania.

sábado, 30 de octubre de 2010

Miremos a Francia

A ratos, estoy leyendo un libro de esos de consumo rápido, ideal para los trayectos de metro. Son las confidencias de un camarero yankee que abrió un blog (WaiterRant) para desahogarse y soltar allí sus frustraciones laborales y, gracias al éxito de la página, acabó convirtiendo en libro sus entradas sobre clientes estúpidos, colegas desequilibrados y jefes déspotas.

No he encontrado, entre las confesiones del camarero, ni una sola palabra de queja sobre un sistema laboral que se sustenta en trabajadores sin contrato, sin ninguna cobertura sanitaria, obligados a soportar las humillaciones del dueño y de los clientes maleducados, sin más derecho que aguantar o marcharse. En tono humorístico, el camarero derivado a escritor habla de jornadas interminables a cambio únicamente de la propina. Se trasluce mucha filosofía del “esto es lo que hay. Lo tomas o lo dejas. Ni se te ocurra pensar en cambiarlo”.

Curiosamente, las críticas más ácidas son contra los clientes que, según afirma y yo no tengo razones para dudarlo, “están casi al borde de necesitar tratamiento psiquiátrico”. Como no pueden expresar su ira contra la gente responsable de sus arrebatos –el jefe o alguien con más poder- se despachan a gusto contra el camarero, a fin de cuentas un criado barato. Y todo se resquebraja si no dejan una buena propina. Porque mientras el cliente cumpla con su parte, el camarero aguanta. Si no, la próxima vez escupirá en su sopa.

Lo que yo veo en esos relatos son pringados cabreados contra otros pringados. Lo que los amos del mundo quieren para todos los trabajadores. Es lo que están promoviendo escudados tras el mantra de la crisis, crisis, crisis. Contratos flexibles, despido barato, salarios a la baja, paro elevado, pocas prestaciones sociales. Y la rabia dirigida hacia abajo, nunca hacia arriba (¿por qué el “waiter” de New York nunca ensucia la comida de su patrón?)

Miremos a Francia
. Al menos, hay alguien que no se ha creído el cuento. (Si es que a algunos medios sólo les falta titular con que los ancianos amenazan el estado de bienestar). La verdad resumida es que el déficit público y la deuda generada por los millones dedicados al rescate de los bancos se van a resolver con planes de ajuste que implican una pérdida de derechos laborales. Ahora son las jubilaciones, luego serán las vacaciones.

Y la batalla la están librando los franceses, mientras otros nos enredamos con la propina.

domingo, 17 de octubre de 2010

Los 33 mineros y la felicidad

Fueron sacados de uno a uno. Los 33 hombres que desde el 5 de agosto compartían encierro salían de la cápsula que los devolvía a la superficie, y a la vida, y todo el mundo se contagiaba de su felicidad. El mayor, 63 años, es hijo, nieto y hermano de mineros y lleva desde los 12 en el tajo. El menor, con sólo 19, había pisado por primera vez un yacimiento.

Los medios de comunicación de todo el mundo han cubierto la noticia en directo, especialmente cuando se acercaba la fecha del rescate. Ha habido entrevistas con familiares, fotos y retratos sicológicos ofrecidos por sus allegados y declaraciones o extractos de cartas que los mineros hacían llegar al mundo exterior.

Se repetían las caras curtidas, envejecidas por el esfuerzo de “ganarse el pan" en condiciones penosas, y los mensajes de rectificar o cambiar según qué actitudes si la vida les daba esa segunda oportunidad.

“Jamás me había dicho que me amaba y ahora, sí" - confesaba la mujer de uno. (¿Por qué tardamos tanto en expresar el amor?). “Cuando salga me hago panadero” declaraba otro de los encerrados. "Quiero estar libre, quiero ver el sol" era el deseo de otro de los mineros. Y al salir, un ejemplo de sensatez: "Que esto no se repita". Porque claro, salvamos a 33 pero ¿qué es de todos los demás mineros que trabajan en condiciones de seguridad insuficientes?

Ya están a la luz del sol. Ya pueden abrazar a los que aman. Ahora la felicidad, tan resbaladiza, se desplaza a otro lugar. La fama. El dinero. Según La Tercera han creado una asociación comercial, -con fines lucrativos para entendernos-, y han firmado un pacto ante notario para repartirse los ingresos de sus apariciones en prensa. El mismo periódico informa de una Asociación Chilena de la Seguridad que, con un experto en oratoria a la cabeza, les ha dado un curso intensivo sobre cómo comportarse ante los medios. Parece que a partir de ahora se van a preocupar por sus derechos de imagen más que por los derechos laborales. ! Miedo me da pensar en qué pueden convertirse los 33 de la mina!

A veces, la felicidad económica de algunos es un tormento para otros. Me pregunto si hablarán de ello esta próxima semana en Madrid donde se celebra el Primer Congreso de la Felicidad promovido por el -atentos al nombre- Instituto Coca-Cola de la Felicidad. Debe ser que "la chispa de la vida" también está en crisis y necesita una buena dosis de marketing.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Daños colaterales

¿Se imagina alguien hace unos años una manifestación de verdugos -por ejemplo, de los que daban garrote vil, tan del gusto de la dictadura española- quejándose amargamente de la prohibición de la pena de muerte? Para los que vivían de ello tuvo que ser todo un drama cuando arrinconaron la guillotina o disolvieron la Inquisición.

Suena raro, ¿verdad? Pues aquí y ahora todo son inconvenientes. A cualquier intento de avance sólo se le ven las desventajas. Desventajas de los que piensan que el mundo acaba donde lo hace su ombligo.

Si se prohíben las corridas, la televisión nos mostrará a una costurera de trajes de luces defendiendo la continuidad de la "fiesta" en nombre de la libertad. Los trabajadores de Garoña se apuntan a la defensa de la energía nuclear con la condición de que no les cierren "su" central, aunque se pase de vieja. Los empresarios quieren ayudas por el dinero que perderán cuando los fumadores vean prohibido el dar rienda suelta a su adicción en los locales hosteleros.

Y la que más me ha dolido: los guardaespaldas quieren seguir cobrando; les preocupan tanto los protegidos que no quieren dejarlos solos. Se me ocurre que nada les impide organizar una ONG y apuntarse al voluntariado. Hay personas que acuden a Palestina o a Colombia para hacer de escudos humanos...

Sin duda, se nos conoce cuando están en juego nuestros intereses, sobre todo los económicos. Todo esto me recuerda a una estanquera que - preguntada en una encuesta - se quejaba de la publicidad anti-tabaco porque perjudicaba su negocio. “! Qué pesados son! De algo hay que morir" decía. Ella, por si acaso, no fumaba.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Ropa vieja

Guardar puede ser un síntoma de esperanza. Conservar algo con el espíritu de volver a usarlo. Eso me pasa a mí con la ropa. Lo guardo todo, por si acaso.

Estos días he estado tirando ropa vieja. Regalándola, más bien, ya que era la talla y no el deterioro lo que la había apartado al fondo del armario. Ha sido como ver pasar mi vida frente a mí. Eso que dicen ocurre en las pelis, pero no al final del camino sino en la puerta del perchero.

El paso del tiempo se me hace visible en diminutos vestidos y colores de otra época. Alguna vez mi hija fue así de chiquitina. ¡Qué vértigo! Los “ no padres” no saben lo que esto…

Luego, entregas lo que te sobra al lugar de reciclaje y te percatas del derroche y la desigualdad. Te obliga a pensar en lo que otros pueden hacer con lo que tú tiras. ¡Qué cantidad de objetos se amontonan a la espera de futuros consumidores! Muebles y juguetes desechados por unos que irán a manos de otros.

Está claro que se puede vivir con menos. Que se viva bien, mal o regular es otra historia. Aquí entraríamos en el debate entre lo suficiente y lo necesario, por otra parte, muy de actualidad en estos días.

martes, 31 de agosto de 2010

El verano más corto

Mi verano más corto siempre es el último. Justo ese que acabo de disfrutar. Y es que cada período vacacional se me hace más breve que el anterior. Será que cada vez los aprovecho mejor.

Así es como nos pasamos aquí los meses de verano: aprovechando. Sólo hay que fijarse en las conversaciones de la calle para comprobar que es un verbo que se conjuga sin cesar. "Aprovecha, aprovecha" nos aconsejamos unos a otros. Hay que aprovechar para ir a la playa cuando luce el sol -porque no ocurre todos los días-, y para echar la siesta cuando llueve -la mejor manera de esperar a que escampe-, y aprovechar para comer con los amigos y para darse una vuelta por las fiestas del pueblo -que sólo son una vez al año-.

El cambio de ritmo -a más lento- me hace sentir que el tiempo libre del verano es más ligero y, aunque cunde, se me escapa enseguida. Despedirme del ocio veraniego implica una pérdida de libertad que cada vez me gusta menos. Para mí, el verdadero lujo son los días sin reloj.

Como resistirse no sirve de mucho habrá que adaptarse cuanto antes al retorno del bullicio obligatorio y aprovechar septiembre para cambiar de agenda e iniciar algunos proyectos. Yo, en eso, son estudiante eterna: empiezo lo nuevo con el otoño.

Este año el verano ha sido especialmente corto para los universitarios. Bolonia nos pone a todos a trabajar a primeros de septiembre. Sobre la nueva reforma educativa circula un vídeo con una explicación sin rodeos ofrecida por un decano de la universidad de Vigo. Afirma que es un gran timo. Como una reconversión del sector naval encubierta sumada a una inflación de los títulos.

martes, 10 de agosto de 2010

Un récord absurdo

Con las neuronas de agosto -que no tienen el mismo funcionamiento que en diciembre o marzo ya que toda yo soy muy sensible a los cambios de estación-, leo que un señor ha fallecido al intentar ser el que más tiempo aguantara metido en una sauna. Los comentarios repiten lo absurdo de una pasión así, que lleva al aficionado a la tragedia.

No sé. A mí no me gustan las saunas, así que nunca me pillarían en una competición de ese tipo. Y sí, también me sale decir que es una soberana estupidez. Pero no sé qué pensarán los finlandeses de la gente que corre delante de un toro bravo, por propia iniciativa y como pasatiempo. ¡Tantas tradiciones son absurdas a los ojos de los ajenos a la cultura que las sustenta! Por aquí no comemos insectos, y nos da mucho asco ver que otros lo hacen, pero comemos caracoles. ¡Y morcilla!

Esta noticia no habría sido tal si el participante no muere en el intento. Se publica todos los años, desde la década de los 50, un libro completo de acciones parecidas. Está rebosante de nombres de personas que buscan ser los primeros o los mejores en algo. Acabo de leer una sobre ingestión de sables. Parece ser que ostentar el récord al mayor número de sables tragados a la vez es especialmente difícil ya que los aspirantes corren el riesgo de perforarse el esófago si los sables se desvían o «hacen tijera». Nunca habría pensado que a nadie se le ocurriera competir por ese título. Pues bien, hay un australiano Matt Henshaw que tragó 14 sables a la vez el 6 de abril de 2000, en Fremantle (Perth, Australia) y su compatriota Chayne “Spacecowboy” Hultgren le desbancó al tragar 17 espadas de una sola vez en Calder Park (Melbourne, Australia), el 28 de marzo de 2008.

Es la muerte la que nos empuja a decir que esto es una imbecilidad. Así que damos por hecho que hay muertes más deseables que otras, o con más prestigio, o con más sentido. Algunas personas mueren mientras se miden en hazañas más heroicas, con montañas de 8.000 metros por ejemplo, y otros, conduciendo subidos de alcohol. Siempre buscando sus límites. Como el sudoroso candidato a campeón de resistencia al vapor.

viernes, 30 de julio de 2010

Turistas, no gracias

Desde que el veraneo, o las vacaciones, se han proletarizado y todo el mundo siente la obligación de salir de su lugar de residencia -al parque temático, al apartamento del suegro, adonde sea- ser turista ha perdido glamour. Porque claro, ¿quién podía viajar hace cuarenta años? A ver que levanten la mano los lectores que han tenido abuelos viajeros. Sólo viajaban los emigrantes y cuando llegaban a destino era para quedarse.

Decía que desde que a la plebe -o sea, a casi todos ya que la nobleza es un club restringido- le ha dado por viajar de alguna manera, lo de ser turista ya no es "guay". Pasa como con esas profesiones antaño sólo ocupadas por los hombres que a medida que las mujeres llegamos a ejercerlas pierden prestigio.

Ahora resulta que nadie quiere ser turista. Da vergüenza que te vean haciendo el "guiri" en un autobús de dos pisos, o con la cámara al cuello tipo japonés. Lo que se lleva es ser viajero. Es gracioso como nos engañamos.

Pero aún es más hipócrita la opinión que tenemos de los turistas cuando son "el otro". El turismo es una industria importante de la que vive mucha gente. Y en estas fechas es noticia recurrente contar los que vienen, los que van, cuánto gastan, en qué. Curiosamente, a quien más molestan los turistas es a los habitantes de zonas costeras que se ven desbordados -dos meses al año, no lo olvidemos- por bandadas de visitantes ávidos de mar y sol. Sienten que se acabó la paz. Llegan los navarros - o cualquier otro colectivo del interior - y llenan la playa. El colmo son los hosteleros que salen en los medios despreciando al "turista diesel" (anda mucho consume poco). Por no citar los prejuicios contra los mochileros. Si fuera por algunos se les cobraría peaje de entrada.

Escuchando a alguna gente se diría que su filosofía se resume así: "los turistas que no entren, que dejen aquí su dinero y se vayan de la misma sin molestar a los lugareños". Pero es que no hay pueblo turístico que lo sea sin turistas. Igual que no hay lugares paradisíacos sin zona industrial que los mantenga. Estas diferencias por nacimiento "yo soy del sitio bonito tú del feo y me molesta tu visita" no las entiendo. Unos han tenido más suerte que otro en el reparto, vale, por eso mismo, justo es que todos tengan acceso a la belleza.

En realidad, todos somos mochileros según desde que pedestal se nos mire. Y mandamos nuestra basura a algún vertedero.

jueves, 22 de julio de 2010

El rostro de Nacha Guevara


Veo una entrevista con Nacha Guevara y me quedo estupefacta. Su cara es imposible para una mujer que cumplirá 70 años en octubre. Había leído de su relación con la cirugía y de su atrevimiento –provocación incluso- al posar desnuda a los 60, pero no me había topado con ella. En mi recuerdo seguía siendo la voz de mezzosoprano que cantaba poemas de Benedetti, la Nacha de los 80.

Sin duda, ahora mismo su obra es su rostro. Un rostro que me produce admiración, por la habilidad del cirujano, desasosiego por el esfuerzo y el sacrificio que se adivina con tanta intervención y, sobre todo, desconcierto, por la ausencia de edad. No es una cara de 70 años. Tampoco es una de 40 –la mirada no se opera- Es una máscara atemporal. Hermosa pero mentirosa. Es el resultado de una lucha continuada contra la naturaleza que deteriora, estropea, derrumba los cuerpos, por mucho que el ánimo esté joven.

Tengo un amigo que dice ser de la generación que ha hecho de la juventud su forma de vida. Permanentemente joven de espíritu, asegura que no hay edad para dejar de aprender, de admirar, de entusiasmarse… Es cierto. Pero la vejez la marcan los otros. Los que empujan por detrás, los que no escucharían nunca a alguien mayor de 30 años sin pensar que es un extraño. Esos/as a los que tú puedes mirar con deseo y no se dan por enterados.

Sigo pensando en Nacha. ¿Qué sentirá cuando se rodea de aquellos que fueron con ella a la escuela y han dejado que el tiempo corra por su piel? ¿Y sus hijos? ¿Y sus nietos? ¿Cómo será aceptar a una madre sin edad?

El empeño, la energía necesaria para no envejecer –además del dinero, imprescindible- pueden diferenciar a los ancianos del futuro en viejos y no se sabe qué. Cortar lo que cuelga, estirar lo que se arruga, construirse un cuerpo a demanda es posible. Nacha –y otros tantos- lo demuestran.

Pero los 70…, en algún sitio tiene que sentirlos.

jueves, 15 de julio de 2010

Nos quieren pro-activos (hasta los 70)

Atrás quedó el tiempo de los obreros silenciosos. Ahora la masa salarial debe compartir creencias y emociones con los líderes económicos -que no patrones, palabra claramente en desuso-.

El discurso oficial, en su corrección, declara que respeta las ideas, pero ¿respeta de igual manera las decisiones? Aquí y ahora puedes pensar lo que quieras; siempre que no lo digas en voz alta y no se te note. Aún no han conseguido controlar los sueños, si pudieran también habría una clasificación de los disidentes en esto de soñar.

Quieren trabajadores sin condiciones. En breve, a las horas extras les llamarán voluntariado. Y elegirán por nosotros con qué ONG colaborar.

El lenguaje está contaminado. Hay que consultar los diccionarios, devolverle a las palabras su significado, ese que los políticos y economistas - contadores de cuentos- les han robado. Quieren equiparar la normalidad a la sumisión. La huelga la califican de salvaje, con ese tonillo peyorativo que da tan bien en la tele, y conviene recordar que salvaje es lo contrario de domesticado. ¿Alguien puede explicar para qué sirve una huelga domesticada?

Intentan encantarnos con la legalidad. Como si la ley surgiera de un manantial milagroso con capacidades terapéuticas y brotara rica de justicia (en algunos lugares puedes morir legalmente apedreado por amar al no adecuado). Sólo la comodidad explica muchos comportamientos.

Nos quieren entregados a su causa, que casi nunca es la nuestra. No lo olvidemos.

domingo, 11 de julio de 2010

Como Ulises a Ítaca

Lo mejor de viajar es volver.
Pero ¿qué tiene Ítaca para animar al retorno? Si es sólo un gran peñasco de matorral, paraíso para las cabras...
Ulises sabía que Penélope y Telémaco estaban esperando.
Lo mejor de partir es que haya alguien recordándote el motivo para el regreso. Quizá lo importante no es adónde vas sino quién te espera allí.


(Ítaca te regaló un hermoso viaje.
Sin ella el camino no hubieras emprendido.
Más ninguna otra cosa puede darte. Kavafis)

miércoles, 30 de junio de 2010

Verano

"Estate" en italiano. Es también el título de esta canción del último trabajo de la napolitana Pietra Montecorvino. Copio la letra por si alguien quiere entretenerse en traducirla.

Estate
Sei calda come il bacio che ho perduto
Sei piena di un amore che è passato
Che il cuore mio vorrebbe cancellare

Estate
Il sole che ogni giorno mi scaldava
Che splendidi tramonti dipingeva
Adesso brucia solo di furore

Tornerà un altro inverno
Cadranno mille pètali di rose
La neve coprirà tutte le cose
E forse un po' di pace troverà

Estate
Che ha dato il tuo profumo ad ogni fiore
L' estate che ha creato il nostro amore
Per farmi poi morire di dolor

Tornerà un altro inverno
Cadranno mille pètali di rose
La neve coprirà tutte le cose
E forse un po' di pace troverà

Estate


Tutto un passeggìo di estati, la vita. (La vida, como una sucesión de veranos)

lunes, 14 de junio de 2010

Hombres sin pelos

Se acerca el verano y empiezo a ver chicos con las canillas depiladas. Ya sé, ya sé, alguno/a estará pensando: “Con la que está cayendo y ésta hablando de frivolidades”. Es la ventaja de ser tu propio redactor jefe, nadie te impone los temas. (Para reflexiones sobre la crisis hoy vayan a otro sitio).

Decía que cada vez se ven más hombres depilados. Tras una conversación con una fuente de información confidencial –sólo diré que es una experta en depilaciones varias- que me confirma que a su negocio llegan cada vez más hombres en busca de la depilación definitiva me siento obligada a anunciarlo: queridos chicos, os engañan.

La depilación es un mal rollo. Algo en lo que entras y nunca sales. Las mujeres tenemos vello en lugares no aceptados por el ideal de belleza en vigor y os aseguro que ese “aspecto natural depilado” se consigue con mucho esfuerzo y gasto en tiempo y dinero. Y los pelos crecen enseguida. Esa es la clave del negocio. Hay una gran exigencia en ser lo que no se es. Y toda una industria cuidando que así sea. Imaginad a mi amiga la depiladora cuando uno de esos que tiene vello hasta en el culo se desnuda y le pide una completa a la cera.

Encuentro en los suplementos dominicales anuncios de cremas que hacen desaparecer tripas masculinas mientras el barrigudo duerme. Y pienso que la tiranía de la belleza imposible quiere un nuevo mercado. La tripa cervecera no se deshace como un azucarillo en agua por mucho que frotéis con crema milagrosa. Tendréis la piel más suave y el bolsillo más ligero. Nada más. No estaréis más guapos sólo más ansiosos.

Claro que todo esto los hombres ya lo saben. Si se dejan enredar es porque quieren. Y puestos a incorporar su parte femenina han elegido la más falsa. También podrían apuntarse a los zapatos de tacón. Que se suban a unos stiletto e intenten caminar con seguridad mientras se concentran en cualquier cosa. Pensar y pisar fuerte balanceándose sobre 10 cm de inestabilidad. Misión imposible.

Dejo para el final una pregunta que no quedó resuelta en el último capitulo de “Perdidos”: ¿cómo hacían las mujeres naufragas en la isla para no tener vello en las axilas? Va a resultar que en el limbo también hay negocios de estética.

sábado, 29 de mayo de 2010

Se trata de personas...

Seguramente por mi juventud, el final de la primavera me pilla siempre estresada, estudiando para pasar los exámenes. Así que en estos días no tengo tiempo más que para leer los titulares de prensa, pero gracias a un amigo he tenido conocimiento de estos dos vídeos que quiero compartir.

El primero es una entrevista que Iñaki Gabilondo hizo este pasado jueves, en CNN+, al presidente de ATTAC España, Carlos Martínez. ATTAC, Asociación por la Tasación de las Transacciones y por la Ayuda a los ciudadanos, es un movimiento internacional surgido en Francia, en 1998, que propone, entre otras cosas, el control de los mercados financieros y la supresión de los paraísos fiscales. La entrevista es muy interesante y da una idea clara de lo que supone la dictadura del mercado y de como se puede controlar el alma social con cinco canales de televisión (pone el ejemplo de Berlusconi en Italia).

En el segundo, Daniel Cohn-Bendit, europarlamentario verde, denuncia la hipocresía de la "ayuda" a Grecia. La intervención está fechada el día cinco de mayo y viéndola ahora resuena fuerte la frase que dirige a los europarlamentarios españoles: "Verán ustedes lo que va a pasar en España cuando empiecen los problemas".

viernes, 14 de mayo de 2010

Todo el mundo está majara

O la majara soy yo. Y por eso sufro un estado continuo de indignación.

Es como vivir en un juego del monopoli, a lo grande. Quien maneja el capital va comprando calles y poniendo casitas, y cobrando. Cuanto más tiene más cobra. Cobra a las fichas por todo: por pasar, por quedarse, porque sale tarjeta roja, porque suben los suministros, porque le da la gana..., que para eso es el dueño y marca las reglas.

Por encima de esos que se creen importantes están los otros, los dueños de los dueños. No necesitan levantar edificios, ni tirar los dados. Son directamente los amos del dinero. Manejan los billetes de colores en una estratosfera inalcanzable, lejos de la tierra y la economía reales. Mientras, las fichitas siguen entretenidas en competir entre ellas parar dar vueltas al tablero, a ver quién corre más. El sistema funciona. Todo va bien.

La avaricia desmesurada emborracha el optimismo hasta que llega la resaca. Puf! Crisis financiera mundial. Agujeros negros que se comen fortunas y amenazan la vida como la conocemos -eso nos cuentan- . Entonces, todos los avariciosos resacosos miran hacia el dinero público. El de todos, el de nadie. Hay que salvar a los bancos. O eso o la hecatombe. A cambio, prometen repensar el capitalismo.

Eso fue hace unos meses. Ahora -dicen- estamos en otro escenario. Los Estados están endeudados, necesitan con urgencia créditos y ayudas de organismos supranacionales. Al chantaje lo llaman rescate -eso en Grecia, aquí ni siquiera le ponen nombre-.

Ya no hay tiempo para reflexionar. Tenemos que creernos que la crisis es culpa de todos. Porque todos somos unos ladrones, unos especuladores, unos tramposos pecadores. Ahora toca sacrificarse, ser austeros, renunciar, resignarse. O eso, o el sistema se hunde...

¿Y qué hacen las fichitas? Pelearse entre ellas: que si las verdes tienen demasiada suerte porque no pueden ser despedidas, que si las azules han llegado las últimas y se creen iguales que las otras, que si las rojas...¿Dónde están las rojas?

!Qué carajo de sistema estamos sosteniendo! ¿Es qué nadie se va a cuestionar quién manda aquí? Veo a los brujos de la tribu reírse a carcajadas mientras nos hacen bailar al son de los tambores.

viernes, 30 de abril de 2010

Los límites de la solidaridad

Sólo puede decidirlos cada uno. Como con la militancia política, el voluntariado y tantas otras cosas, no vale decir a otros lo que hay que hacer.

“Les ofrecimos 6.000 euros y no quisieron subir” declaraba Juanito Oiarzabal clamando contra los sherpas mientras lamentaba la muerte de su compañero de expedición ¿Cuánto vale la vida de un sherpa?

“No ha habido solidaridad”. Es triste escucharlo y demasiado fácil publicarlo. En los momentos de profundo dolor hay personas que callan y otras que sueltan todo lo que les sale de las tripas. No sé si es ético que los medios se aprovechen de esa debilidad

¿Se podía haber hecho más por rescatar a Toto Calafat? No tengo ni idea.

Lo que está claro es que al montañero le abandonaron sus fuerzas. En la lucha contra los propios límites, a 8.000 metros de altura, el ser humano sólo cuenta con su fortaleza física y mental. Y alguien que se arriesga a una ascensión al Annapurna lo sabe. Tiene que saberlo. Tolo perdió el partido cuando no calibró bien su capacidad, su resistencia para subir y volver. Hay quien dice que sus compañeros también le dejaron solo, preocupados por su propia supervivencia (nadie sabrá nunca si otra decisión no hubiera acarreado una tragedia mayor en número). Y le abandonó también la suerte cuando las circunstancias adversas impidieron que el helicóptero y las dos personas que acudían a auxiliarle –impresionante generosidad la del rumano Horia Colibasanu que vivió la dramática agonía de Iñaki hace dos años en el mismo escenario – llegaron tarde.

Es muy triste. Y no es justo decir que los sherpas podían y no quisieron, que tenían miedo, que ni por dinero. Dawa, el sherpa que acompañó a Tolo en la ascensión, -que subió con la misma dificultad y el mismo esfuerzo-, se quedó con él a pasar la primera noche. Hasta que se puso en camino para pedir ayuda, porque él solo poco podía hacer. Otro sherpa, Sonam, salió a auxiliarle. Once horas solidarias pasó en su busca. Anduvo y anduvo pero no pudo llegar hasta donde estaba.

¿Cuántos nombres propios de sherpas conocemos? Empleados a sueldo, que no entran en las listas de famosos por hollar las cimas más altas y sin embargo están allí. Silenciosos porteadores de material, nunca son los protagonistas de la crónica feliz. ¿Por qué tendría un sherpa que jugarse la vida para salvar la de un alpinista perdido?

Se dicen muchas cosas hirientes cuando se está herido. Lo cierto es que el mallorquín bajaba al extremo de sus posibilidades. Exhausto. En el límite de la vida. Y la perdió.

Un respeto a su memoria. Un respeto a lo supervivientes.

viernes, 23 de abril de 2010

Libros y rosas



"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca". Jorge Luis Borges.

lunes, 12 de abril de 2010

Absolución ¿Y ahora qué?

El Tribunal de la Audiencia Nacional ha sentenciado que nunca hubo motivo para cerrar Egunkaria, detener a sus directivos y hacerlos pasar por un proceso de siete largos años.

Si lo hubo, el motivo no se acomoda a la Constitución española de 1978. Hay que buscarlo en otro lugar, no en el ordenamiento jurídico. Habrá quien siga justificando el atropello -sólo hay que leer algunos comentarios de foros- pero los motivos son otros (quizá que contra lo vasco todo vale..). Además, las acusaciones no estaban basadas en pruebas sino en suposiciones y mala leche.

La sentencia merece una lectura. Tiene párrafos interesantes como el que habla de que "el cierre temporal de un medio de comunicación impreso de periodicidad diaria como medida cautelar es de difícil encaje en nuestro ordenamiento jurídico" o el que recuerda el principio de presunción de inocencia que "implica también que inicialmente toda persona acusada debe presumirse inocente" y es la acusación la que debe probar el hecho delictivo.

Pone énfasis en desmontar lo artificioso de la hipótesis acusatoria. Textualmente: "No basta con que una organización criminal -ETA en este caso- utilice a personas físicas o jurídicas en su proyecto criminal, sino que es preciso que se demuestre que los utilizados (...) eran conscientes y actuaron voluntariamente en auxilio de la banda terrorista".

!Qué descanso! O sea, aquello que se les decía a algunos detenidos de que "usted es de ETA pero no lo sabe" no atiende a derecho.

Absueltos. Un largo suspiro de alivio ha salido de muchas gargantas. Los portavoces de los partidos se felicitan por el fallo y el buen funcionamiento de la justicia española. Pero ¿la absolución repara el daño? ¿Hace justicia?

Oskar Matute, portavoz de Alternatiba, es el único que se ha diferenciado del tropel. Ha reclamado al Gobierno Vasco que lidere una denuncia contra quieres han infligido un daño irreparable a la sociedad vasca con el cierre de Egunkaria.

Concluimos, por tanto, que Martxelo Otamendi es inocente. También lo era cuando denunció haber sido torturado. ¿Van a decir algo sus señorías al respecto? Podrían empezar por ver la entrevista que le hicieron en la televisión catalana donde explica lúcidamente porqué se permite la tortura sistemática. Qué tal si la pasan por ETB en prime time.

Es un buen ejercicio repasar las hemerotecas y recordar lo que algunos dijeron los días posteriores a las detenciones. Aquí un pequeño ejemplo.

¿Y los colegas? ¿Cuántos editoriales protestaron por el cierre? ¿Cuántos condenaron sin pestañear a los detenidos? Pluralismo, libertad de expresión y de información… Es más fácil firmar manifiestos cuando los hechos suceden lejos de casa. ¿Y dónde han estado los de Reporteros sin fronteras? No hay ni una referencia en su página Web. La sección española se presenta con una frase: “Si no lo contamos, no existe”. Justamente, de eso se trata.

sábado, 27 de marzo de 2010

Antes de partir...

Siempre me entra la flojera. Justo un par de días antes, porque la víspera suelo estar tan atareada que ya no hay sitio para la pereza.

Hay quien me dice que no es sano estar pensando en un nuevo destino tan pronto como se vuelve del último viaje, pero yo no veo que sea tan malo encadenar una ilusión con la siguiente. Porque a mí viajar me ilusiona. El problema es el cansancio. A veces no ando sobrada de energía y para moverse hace falta.

! Hay tanto por ver!

Tengo grabada en la memoria la decepción que sufrí, de cría, cuando me percaté de que no importaba cuántos años viviera ni cuánto tiempo le dedicara: nunca conseguiría leer todos los libros interesentes escritos, ni siquiera en un sólo idioma. Se me cayeron encima todos los límites. Tanta curiosidad no se puede saciar en una sola vida.

Pero antes de partir sólo veo los inconvenientes -soy de las que mete en la maleta remedio contra todo- porque contra lo que pueda parecer mis viajes no son huidas. A mí me encanta estar aquí, donde estoy. Es justo adonde siempre quiero volver.

Viajando me reafirmo en lo corto que es el tiempo de la novedad y lo extenso que resulta el de la repetición. Sé que la necesidad me libera la lengua, que en todas partes hay gente amable, que los hoteles de cuatro estrellas me gustan más que los de tres y que, en realidad, en cualquier sitio se puede estar bien si no te duele nada.

Vale. No se puede plantear la existencia como una carrera contra el tiempo, pero, en serio, siete vidas serían aún poco...

sábado, 20 de marzo de 2010

Cada vez nos conformamos con menos

Se lo escucho decir a Enric González en la entrevista que quería adjuntar pero el programa no me deja (se puede ver en http://www.youtube.com/watch?v=Bi3ZruAgEPQ) y hago mía la frase. Es verdad.

El poder de la masa reduce la exigencia. El “entre todos” se utiliza para diluir cualquier cosa, como si unos no fueran siempre más responsables que otros. Esta es la tendencia actual: todos opinando sobre todo. Cuanto menos se sepa del tema, mejor. La tertulia mal entendida. ¿Qué es Belén Esteban sino la vulgaridad elevada a líder de opinión? Tener méritos es un desmérito. No es que todas las opiniones valgan igual es que parece que valen más las menos facultadas. Es una trampa.

Me cuentan un ejemplo. Un equipo de trabajo dedica semanas a elaborar un plan estratégico -el tema da igual- , discusiones, reflexiones, un canto a la transversalidad, hasta lograr el consenso. Paren un texto. En la última sesión, la de la corrección definitiva, se incorpora un nuevo miembro. El recién llegado no sabe nada del asunto ni del proceso. Es ajeno. “Una visión sin prejuicios” dice el jefe (a veces, al conocimiento algunos lo llaman prejuicio). Se le requiere opinión, qué entiende, qué le disgusta… Suelta lo que puede, lo que se le va ocurriendo. El jefe, hábil manipulador, utiliza las afirmaciones que le convienen para acabar modelando el discurso consensuado según sus preferencias. El argumento: el nuevo -el ignorante- tiene una visión más limpia.

Nos hacen creer que participamos pero o damos la opinión que le gusta al poder o nos explusan a los márgenes. Sólo hay que escuchar las noticias.

Un grupo de hombres extranjeros, de vacaciones, entra a un supermercado el mismo día que un tiroteo en un paraje cercano deja un policía muerto. Sospechosos. Sus rostros en todos los telediarios. Incluso se les reparten nombres y cargos. El fomento de la delación lleva a esas cosas. A alguien le pareció, el siguiente se lo creyó y el tercero envió la orden de búsqueda y captura. ¡Como ese sea el rigor que usan para todo!

También nos hablan de Roldán, el cargo político farsante que robó a manos llenas. Va en autobús en el que será su último recorrido de la cárcel a la ciudad. Lleva haciéndolo cinco años. Desde que le concedieron el régimen de semilibertad. Pero la de hoy es la definitiva. Dormirá en casa de sus padres. Intenta hacernos creer que no tiene dónde caerse muerto. Sin embargo, fuentes de la investigación le adjudican un piso en París y una villa en las Antillas, además de millones de euros en paraísos fiscales. Nada se ha podido hacer para recuperar el dinero. Todavía le veremos en un programa de telebasura reclamando para sí el salario social. Y será líder de audiencia.

domingo, 7 de marzo de 2010

!Tóxicos fuera!

No me refiero a la comida basura, ni al tabaco o al alcohol sino a algunas personas. Gente con tal carga negativa que contagian su negrura, absorben tu alegría; no se confirman con complicarte la vida, si pueden, te la amargan.

¿Quién no se ha encontrado alguna vez un tóxico en su camino? Un jefe impredecible y arbitrario, un vecino envidioso, un compañero traicionero, un abusón que siempre está resaltando los defectos ajenos… Gente tóxica. La categoría fue popularizada por la norteamericana Lilian Glass en su best seller “Toxic people”. En el libro advierte que la raíz de todo son los celos. Según la autora, nadie es sano al cien por cien, ni física ni psicológicamente. Y es que todos podemos ser fastidiosos para otros.

Pero algunos están especialmente amargados; son envidiosos de la alegría ajena, y desean que todo el mundo sea infeliz. Creo que, sin teorizar ni leer investigaciones, cualquiera puede notar que hay encuentros que nos dan y otros que nos quitan. Y que hay personas con poca capacidad para disfrutar de la vida. Gente que te pone enferma.

La única defensa es no permitirles el acceso a tu intimidad. Lo malo es que a veces su proximidad te es impuesta. Yo me defiendo imaginando que son “dibus”. Los veo como un dibujo animado que lleva sobre la cabeza un nubarrón negro, a punto de tormenta. Y sabiendo que su respuesta a todo siempre es no, no, no.

La mejor solución es sacarles de tu vida, desprenderse de cualquier emoción con respecto a la persona venenosa, no sentir ni frío ni calor. No entregarse. Yo con algunos practico todos los días.

sábado, 6 de marzo de 2010

Derecho al delirio



Vídeo realizado por Nerea Ganzarain sobre un texto de Eduardo Galeano, narrado por el mismo autor.

sábado, 27 de febrero de 2010

¿Estás en Tuenti?

¿O en Facebook? Esta debe ser la pregunta que se hacen ahora los jóvenes al conocerse. El "estudias o trabajas" es rotundamente anacrónico ahora que estudiar se ha alargado hasta los 30 y trabajar necesita de mucha explicación adyacente. ¿Quién trabaja a secas? Se puede ser contrato basura, en prácticas, por obra, economía sumergida, esclavo por horas, rico funcionario o hasta parado ( !si será vieja la pregunta entrecomillada que no contemplaba el agujero del paro! ).

Estamos en que ahora lo que marca es la pertenencia a una red social. Tuenti es para los más jovencitos. No entra cualquiera; otro miembro tiene que invitarte. En Facebook es tan fácil hacerse un hueco que ya hay 300 millones de usuarios. Y hasta los diccionarios prestigiosos acomodan sus acepciones al nuevo fenómeno. El New Oxford American Dictionary eligió como palabra del año 2009 "Unfriend" verbo que significa la eliminación de una red social de una persona que antes era considerada como un amigo. El "ya no te ajunto" de la infancia elevado a término sofisticado.

Hay preocupación sobre el uso y el abuso de estas plazas públicas vía Internet. La información deja rastro. Esa foto de la juerga en la playa la pueden usar para despedir al trabajador que fingía una depresión. Tu jefe, la pasma, todos los poderes oscuros rastrean la Red para conocer lo que no quieres que sepan.

Cuando se inventó el teléfono seguro que también creó desconfianza en algunos sectores. Hay gente que no sabe usarlo. Grita y no da información sólo la pide. "¿Quién eres?" "¿Quién eres"? y resulta que han llamado ellos. Mi abuela, una a la que conocí ya muy vieja, decía que ese aparato sólo había que usarlo para emergencias.

Más prehistoria tecnológica: los porteros automáticos. Tuvo que ser un gran cambio pasar de la aldaba (parecía un código secreto: primer piso derecha, un golpe; segundo izquierda, dos y repique) a la puerta abierta y cerrada a distancia.

Internet ha cambiado los canales y las formas de comunicación. Es interesante y divertido lanzar mensajes a gente que no es conocida y recoger otros que no se escribieron pensando en ti. Hay bastante información y mucha, muchísima basura. Así que navegar implica un aprendizaje más. ¿Puede ser peligroso? Seguro que sí. Como dejarse la puerta de casa abierta mientras se duerme. No sabes si puede entrar alguien indeseable. Cuestión de sentido común.

Más peligroso veo yo que el continente nos encante y se coma al contenido. Lo importante sigue siendo lo que se dice. El significado es el que nos llega. Y todo suma, sin que las formas más clásicas de expresión hayan perdido valor. Por ejemplo, algo tan humilde como silbar puede estar lleno de intención. Y si no, que se lo pregunten al Borbón.

sábado, 13 de febrero de 2010

Vamos a contar mentiras...

Por ejemplo, que el euskara se valore en exceso en las pruebas de acceso al sector público. Sólo hay que acercarse a una oficina de la Administración vasca y contar -uno, dos, tres...- cuantos funcionarios son capaces de expresarse en euskara. La mayoría no sabe. Y no parece que ese desconocimiento les supusiera ninguna traba para conseguir el puesto.

En una oposición, una vez superadas las pruebas comunes, los candidatos vascoparlantes consiguen más puntos que los que sólo conocen el castellano. Para acabar con ese privilegio, en el Parlamento proponen "adaptar la política lingüística a la realidad". ¿Y cuál es la realidad? Depende desde dónde se quiera mirar.

Un euskaldun -pagador de impuestos con los que se contrata y se abona mensualmente el sueldo del empleado público- tiene que acomodarse al idioma que el funcionario conoce. Esa es la realidad. Y también es real el dinero que se gasta -cantidad nada despreciable pagada a escote- en traducciones oficiales y cursos de euskara porque el personal no está capacitado para hacer su trabajo en los dos idiomas oficiales.

No sorprende que la solución que proponen sean rebajar la exigencia del conocimiento cuando muchos, muchísimos de los cargos públicos no saben euskara -el parlamento es un buen reflejo de esa ignorancia- y se asume con normalidad que se nombre un director de televisión y radio públicas que no es capaz de comunicarse en uno de los idiomas que utiliza algunos de los medios de comunicación que dirige. Si no se lo exigen a sí mismos, por qué se lo van a exigir a un auxiliar administrativo.

Entre la realidad real y la realidad virtual a la que nos llevan hay un camino de mentiras repetidas y propaganda engañosa. Si al menos les creciera la nariz como a Pinocho… Pero hoy es sábado, y no estoy dispuesta a dejarme amargar un sábado. Les borro de mi mente y elijo soñar con un mundo al revés.



domingo, 7 de febrero de 2010

No salen las cuentas

Trabajar cansa. Además de ocupar demasiado tiempo, cansa. El que ha probado lo sabe. Y más si piensas en todos los días trabajados, uno tras otro, como una continuidad. Los contratos laborales te marcan horarios y ratos de ocio, el periodo de comida, la entrada y la salida, si puedes o no echar la siesta…

Un día de fiesta es aquel del que puedes disponer a tu antojo. El resto están decididos. Es así hasta hacerse viejo. A partir de cierta edad, ves gente que cuenta los años, los meses, que les faltan para jubilarse. Están cansados y sueñan con cobrar sin tener que fichar. Un logro de la sociedad del bienestar.

Acaba de abrirse el debate que dará a la derecha el próximo gobierno. Los dirigentes políticos nos lanzan un interrogante: ¿Cómo vamos a asegurar el bienestar en una sociedad donde los viejos viven demasiados años? Con una esperanza de vida tan alta, cobran las pensiones durante más tiempo y encima sus gastados motores necesitan muchas reparaciones y cuidados. ¿A cuánto sale un enfermo crónico de 80 años? Los que piensan en estas cosas no nos lo dicen así de crudo porque suena feo, pero tienen hecho el cálculo.

El sistema necesita que los “no productivos”, los pensionistas, se mueran antes o cobren menos. Si se consiguen las dos cosas al mismo tiempo, más ahorro. De ahí viene lo de querer alargar el trabajo obligatorio hasta los 67. De momento. Si insistimos en vivir más tendrán que tomar otras medidas. Porque, de seguir así, de no hacer nada, el sistema no lo soportaría. Sin embargo, sí que soporta las elevadas tasas de paro juvenil. ¡Vaya panorama! A los 65 trabajando para dar la paga al hijo desempleado de 32.

¿Quién es el sistema? ¿Para qué quién trabaja? ¿A quién beneficia? ¿De qué lado están los que tanto lo defienden? También podríamos legalizar la esclavitud para una parte de la población. Seguro que así salen más fácil las cuentas.

Hay quien va a comprar un sujetador y si sus pechos no le dan para llenar una talla cien se pone implantes. Alteran el cuerpo para que se adapte al traje. Cuando lo saludable es hacerlo al revés.

Digo yo que si el sistema no nos vale, habrá que cambiarlo respetando el cuerpo social. ¿Por qué, para empezar, no implantamos un sistema con topes por arriba? Si hay un sueldo mínimo interprofesional ¿por qué no un sueldo máximo? Que si la pasta no llega la saquen de otro sitio. Se podría, por ejemplo, cobrar más impuestos a los que tienen mucho, mucho, demasiado.

Va a ser el debate de los próximos meses. Van a intentar convencernos de la inmovilidad de la esencia del sistema. Hay que estar preparados. Para empezar, aconsejo consultar en un diccionario el significado de las palabras socialista y obrero.

domingo, 24 de enero de 2010

La delicia de encajar

Joan Manuel Serrat. "Y el amor"




Hoy voy a hablar un poco de sexo. O, más claro, de lo hipócritas que somos los adultos, padres, madres, enseñantes todos con este tema. He recuperado este vídeo de la prehistoria musical porque me parece muy oportuno. Y quiero compartirlo con todos los educadores azorados ante la tesitura de contar a un inexperto qué es el sexo y porqué nos gusta tanto.

Aún recuerdo las –contadas- clases de educación sexual que recibí en el Bachillerato: anatomía fisiológica o la historia de la semillita narrada con palabras técnicas.

Por lo que me llega, no es muy diferente ahora. En el mejor de los casos, a los adolescentes les proporcionamos información anticonceptiva. Cómo hacer niños y cómo no hacerlos. Todo ellos regado de no poca moralina y el amor como escudo. El placer no se nombra. Y su búsqueda se castiga.

Tengo reciente el ejemplo de uno de mis vecinos. Con tanto canal por satélite y antena parabólica comunitaria un día nos encontramos en la televisión con un canal porno que emitía gratuitamente 24 horas; un tanto light de día y bastante más explícito de noche. Uno de los que se aficionó fue el del segundo derecha, un chaval de once años que se levantaba por las noches para masturbarse ante la pantalla. Hasta que se enteró su padre. Que solicitó una reunión de vecinos para explicar –qué vergüenza ajena sentí; eso no se le hace a un hijo- el problema que tenía y exigir que el acceso al canal se capara.

Los jóvenes, sobre todo si son nuestros hijos, tienen la habilidad de enfrentarnos a todo aquello que guardamos en la sombra, a lo no resuelto.

Nosotros nos quedemos sin el canal porno y el crío con un complejo de culpa que algún día le pasará factura. (Aclaro que el canal no lo echo de menos porque a mí con el porno me pasa como con el vino: me da sueño).

domingo, 17 de enero de 2010

Hablar claro no vende

En esta época de corrección lingüística que ha convertido a los negros en personas de color y a los repartidores en trabajadores de logística, los políticos están más preocupados por cómo dicen y presentan las cosas que por hacerlas. Y como se lo consentimos, entre todos -hablantes y oyentes-, hemos ido forzando la semántica, diluyéndola hasta hacerla light, baja en contenido. Cuando, en realidad, no son las palabras las que ofenden sino el pensamiento, la intención que las sustenta.

En esas estábamos, acostumbrándonos a las figuras públicas de perfil bajo y a los discursos sosos, sin sal ni pimienta, cuando aterriza un nuevo obispo en Donostia, y se pone a hablar como antes de la moda, es decir, como un cura de toda la vida, intentando asustar a los niños con el infierno. En resumen, ha venido a decir que lo de Haití no es lo peor, a él le preocupan más otras cosas. Y de entrada suena inhumano, sin duda, pero si se piensa no es tan sorprendente. Sólo que somos un pelín hipócritas y él excesivamente sincero (además de carca, que esa es otra historia).

“Existen males mayores que los que esos pobres de Haití están sufriendo estos días” esa fue la frase. Admitamos que puede ser cierto. Aún siendo esa una tragedia dramática, tremenda, sobrecogedora, puede haber cosas peores que perder la vida. De hecho, eso mismo dicen algunos torturados, que en el límite del horror y el desamparo anhelan morir. Hay enfermedades devastadoras, monstruosas, sin cura, que tienen a los enfermos postrados en infiernos de los que sólo les recatará la muerte. Pero el prelado no iba por ahí.

Quizá podría referirse a que Haití ya era un drama antes del terremoto. Muchos de los cuerpos que ahora yacen bajo los escombros se estaban muriendo de hambre y de miseria, ante la indiferencia del mundo. Pero, tampoco. Ha aclarado, en su intento de salir mejor parado, que lo suyo era un mensaje puramente teológico. A esos inocentes sufridores “Dios les ha prometido la felicidad eterna”. Peor lo tienen los pecadores, según el obispo.

Y ¿por qué tanto escándalo? ¿Acaso no es ese uno de los mensajes de la Iglesia? Los textos que se enseñan en las catequesis presentan el mundo como un valle de lágrimas. La resignación siempre ha sido una virtud cristiana y lo de martirizar los cuerpos para salvar las almas, práctica aceptada. Todo lo bueno –gozo, justicia- hay que posponerlo para la eternidad.

Estábamos tan acostumbrados a los disimulos, a los discursos sin aristas, que llega un pastor de la Iglesia a poner las cosas en su sitio y nos confunde. Que se preocupe su rebaño ¿No era este un Estado laico? Pues que Munilla predique desde el púlpito y deje libres los titulares de prensa. Yo no volveré a hablar de él.