viernes, 30 de abril de 2010

Los límites de la solidaridad

Sólo puede decidirlos cada uno. Como con la militancia política, el voluntariado y tantas otras cosas, no vale decir a otros lo que hay que hacer.

“Les ofrecimos 6.000 euros y no quisieron subir” declaraba Juanito Oiarzabal clamando contra los sherpas mientras lamentaba la muerte de su compañero de expedición ¿Cuánto vale la vida de un sherpa?

“No ha habido solidaridad”. Es triste escucharlo y demasiado fácil publicarlo. En los momentos de profundo dolor hay personas que callan y otras que sueltan todo lo que les sale de las tripas. No sé si es ético que los medios se aprovechen de esa debilidad

¿Se podía haber hecho más por rescatar a Toto Calafat? No tengo ni idea.

Lo que está claro es que al montañero le abandonaron sus fuerzas. En la lucha contra los propios límites, a 8.000 metros de altura, el ser humano sólo cuenta con su fortaleza física y mental. Y alguien que se arriesga a una ascensión al Annapurna lo sabe. Tiene que saberlo. Tolo perdió el partido cuando no calibró bien su capacidad, su resistencia para subir y volver. Hay quien dice que sus compañeros también le dejaron solo, preocupados por su propia supervivencia (nadie sabrá nunca si otra decisión no hubiera acarreado una tragedia mayor en número). Y le abandonó también la suerte cuando las circunstancias adversas impidieron que el helicóptero y las dos personas que acudían a auxiliarle –impresionante generosidad la del rumano Horia Colibasanu que vivió la dramática agonía de Iñaki hace dos años en el mismo escenario – llegaron tarde.

Es muy triste. Y no es justo decir que los sherpas podían y no quisieron, que tenían miedo, que ni por dinero. Dawa, el sherpa que acompañó a Tolo en la ascensión, -que subió con la misma dificultad y el mismo esfuerzo-, se quedó con él a pasar la primera noche. Hasta que se puso en camino para pedir ayuda, porque él solo poco podía hacer. Otro sherpa, Sonam, salió a auxiliarle. Once horas solidarias pasó en su busca. Anduvo y anduvo pero no pudo llegar hasta donde estaba.

¿Cuántos nombres propios de sherpas conocemos? Empleados a sueldo, que no entran en las listas de famosos por hollar las cimas más altas y sin embargo están allí. Silenciosos porteadores de material, nunca son los protagonistas de la crónica feliz. ¿Por qué tendría un sherpa que jugarse la vida para salvar la de un alpinista perdido?

Se dicen muchas cosas hirientes cuando se está herido. Lo cierto es que el mallorquín bajaba al extremo de sus posibilidades. Exhausto. En el límite de la vida. Y la perdió.

Un respeto a su memoria. Un respeto a lo supervivientes.

viernes, 23 de abril de 2010

Libros y rosas



"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca". Jorge Luis Borges.

lunes, 12 de abril de 2010

Absolución ¿Y ahora qué?

El Tribunal de la Audiencia Nacional ha sentenciado que nunca hubo motivo para cerrar Egunkaria, detener a sus directivos y hacerlos pasar por un proceso de siete largos años.

Si lo hubo, el motivo no se acomoda a la Constitución española de 1978. Hay que buscarlo en otro lugar, no en el ordenamiento jurídico. Habrá quien siga justificando el atropello -sólo hay que leer algunos comentarios de foros- pero los motivos son otros (quizá que contra lo vasco todo vale..). Además, las acusaciones no estaban basadas en pruebas sino en suposiciones y mala leche.

La sentencia merece una lectura. Tiene párrafos interesantes como el que habla de que "el cierre temporal de un medio de comunicación impreso de periodicidad diaria como medida cautelar es de difícil encaje en nuestro ordenamiento jurídico" o el que recuerda el principio de presunción de inocencia que "implica también que inicialmente toda persona acusada debe presumirse inocente" y es la acusación la que debe probar el hecho delictivo.

Pone énfasis en desmontar lo artificioso de la hipótesis acusatoria. Textualmente: "No basta con que una organización criminal -ETA en este caso- utilice a personas físicas o jurídicas en su proyecto criminal, sino que es preciso que se demuestre que los utilizados (...) eran conscientes y actuaron voluntariamente en auxilio de la banda terrorista".

!Qué descanso! O sea, aquello que se les decía a algunos detenidos de que "usted es de ETA pero no lo sabe" no atiende a derecho.

Absueltos. Un largo suspiro de alivio ha salido de muchas gargantas. Los portavoces de los partidos se felicitan por el fallo y el buen funcionamiento de la justicia española. Pero ¿la absolución repara el daño? ¿Hace justicia?

Oskar Matute, portavoz de Alternatiba, es el único que se ha diferenciado del tropel. Ha reclamado al Gobierno Vasco que lidere una denuncia contra quieres han infligido un daño irreparable a la sociedad vasca con el cierre de Egunkaria.

Concluimos, por tanto, que Martxelo Otamendi es inocente. También lo era cuando denunció haber sido torturado. ¿Van a decir algo sus señorías al respecto? Podrían empezar por ver la entrevista que le hicieron en la televisión catalana donde explica lúcidamente porqué se permite la tortura sistemática. Qué tal si la pasan por ETB en prime time.

Es un buen ejercicio repasar las hemerotecas y recordar lo que algunos dijeron los días posteriores a las detenciones. Aquí un pequeño ejemplo.

¿Y los colegas? ¿Cuántos editoriales protestaron por el cierre? ¿Cuántos condenaron sin pestañear a los detenidos? Pluralismo, libertad de expresión y de información… Es más fácil firmar manifiestos cuando los hechos suceden lejos de casa. ¿Y dónde han estado los de Reporteros sin fronteras? No hay ni una referencia en su página Web. La sección española se presenta con una frase: “Si no lo contamos, no existe”. Justamente, de eso se trata.