sábado, 24 de marzo de 2012

Y a la primavera le está costando llegar

Intentamos ordenar el caos poniendo nombres (a las estaciones, a las penas), marcando horarios (para trabajar, para vivir), pero es un intento vano; el caos se mantiene, retorna. "Primavera árabe" así llamaron a las revueltas y protestas de hace un año en el norte de África, pero 365 días después las mujeres siguen sin tocar el sol.
Etiquetamos los países, los clasificamos, repartimos adjetivos que los califican como más o menos seguros, amables y democráticos, y nos da mucha pena el dolor lejano, pero no nos reconocemos en el próximo.
El fotoperiodista Gervasio Sánchez expone en Donostia. "Desaparecidos" muestra los rostros de los que no están porque se los llevaron. Tras décadas mostrando la guerra, de la única manera que puede entenderse (enseñando sus consecuencias), Gervasio ha declarado que el periodismo está en crisis. Pero no por la falta de capital o por el descenso de lectores o por el cambio de soportes. No. La verdadera crisis es más profunda. "De vigilantes del poder -ha dicho-, nos hemos convertido en amigos del poder, y una sociedad sin buen periodismo está condenada a la manipulación y al desastre".
Yo diría más, yo diría que el buen periodismo es un oficio en peligro de extinción. En breve, quedará en las manos de algunos pocos artesanos.