domingo, 15 de abril de 2012

Ausencia de equilibrio



Así nos quieren los mercados. Derrengados bajo la presión de responsabilidades que no nos competen. Dicen que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y ahora -castigo divino- tenemos que pagar nuestro atrevimiento renunciando a derechos que nos separan de la miseria. Menudo cuento. Es tanto como decir que el pobre burro es culpable de toda la carga que le han ido poniendo encima. Imagino lo que estará pensando: "¿Por qué no habré soltado una buena coz a tiempo...?"

lunes, 9 de abril de 2012

Dimitris Christoulas

Ese era su nombre. Con su suicidio ha conseguido que la indignación de los griegos llegue a las portadas de los medios. Dejó escrita una carta explicando sus motivos. La reproduzco aquí:

"El Gobierno de Tsolakoglou ha aniquilado toda posibilidad de supervivencia para mí, que se basaba en una pensión muy digna que yo había pagado por mi cuenta, sin ninguna ayuda del Estado, durante 35 años. Y dado que mi avanzada edad no me permite reaccionar de otra forma (aunque si un compatriota griego cogiera un kalashnikov, yo le apoyaría), no veo otra solución que poner fin a mi vida de esta forma digna para no tener que terminar hurgando en los contenedores de basura para poder subsistir. Creo que los jóvenes sin futuro cogerán algún día las armas y colgarán boca abajo a los traidores de este país en la plaza Syntagma, como los italianos hicieran con Mussolini en 1945".

Tsolakoglou, el político al que cita, fue el primer ministro colaboracionista que gobernó Grecia durante la ocupación nazi, y lo está igualando al actual gobierno de Papademos, responsable de los recortes por hacer, al pie de la letra, lo que el poder financiero, los mercados, Bruselas, el FMI y todos los "rescatadores" de Grecia le dictan.

Es una vergüenza cómo nos están contando lo que se está viviendo en Grecia y es, también, un ejemplo más de que en la época de la "información sin fronteras" vivimos más desinformados y manipulados que nunca. El FMI está colonizando Grecia, con la colaboración de la UE y esto no está ocurriendo en las lejanas mesetas mongolas -la distancia, ya se sabe, atenúa las emociones- nos pilla de cerca: nosotros somos Europa.

Los jubilados europeos de la periferia deberían estar muy interesados y preocupados, igual que los trabajadores, por lo que sucede en Grecia, ya que allí se está decidiendo el futuro de todos. Y pintan bastos.

No alcanzó a entender el porqué de esta falta de solidaridad con los griegos. Ante grandes catástrofes naturales (terremotos, tsunamis) nos mueven sentimientos de compasión y aparecen ONGs de todo nombre y condición dispuestas a repartir ayuda humanitaria. Esto que ha empezado en Grecia es una crisis humanitaria en toda regla, con responsables y complices muy concretos, y debería tener contestación popular. Todas las plazas deberían ser Syntagma.