domingo, 7 de julio de 2013

El héroe y la largatija

Primer día de playa de este verano. El reencuentro con el bienestar y la energía que da el sol.

Estoy tumbada, sin hacer nada. En este momento, hay un hombre, que no conozco pero admiro, retenido en tierra de nadie. Esperando en zona de tránsito internacional, apátrido obligado. Un héroe del siglo XXI al que escondería en mi avión, si lo tuviera, al que ofrecería refugio en mi país, si éste fuera soberano. Un ladrón de información que ha hecho público el nombre de los mayores censores, del gran hermano global. Ha dejado desnudas la hipocresía de algún premio nobel y la mentira de este primer mundo que pretende exportar valores y democracia.

Deseo de corazón un final feliz para mi héroe.

Cierro los ojos. Escucho el silencio de las olas. Sopla una brisa suave, armoniosa.

¿Debería sentirme mal por poder disfrutar de tanta belleza, sin ningún esfuerzo?

Inspiro, espiro. Una pausa.

!Qué fácil es acallar la conciencia de una lagartija feliz!