martes, 6 de agosto de 2013

No seas "borbone"

Los reyes son los personajes públicos más irresponsables que existen. Ellos mismos reconocen que no leen lo que firman, no saben a quien indultan, se equivocan a menudo y cuando cometen errores son del tamaño de un elefante. Para colmo, no parece que pongan atención a las conversaciones familiares en la hora del almuerzo, ya que no se enteran de dónde viven sus hijas ni a qué se dedican sus yernos. Sólo nos falta por ver el nombre de alguno en las listas de engañados por las preferentes bancarias.

La última la ha protagonizado el de Marruecos que, por hacerle un favor a su primo español, se ha metido en un lío librando de la cárcel a un individuo que estaba dentro por violar niños. Apremiado por las protestas, ha tenido que rectificar.

Tiene que escocer un poco reconocer que has metido la pata -real- cuando te crees designado por el dedo divino para gobernar a un pueblo.

Lo políticos en ésto lo tiene más fácil. Cuando la pifian, -si la bronca es grande-, piden disculpas -"me equivoqué, vale, soy humano"- y ya se dan a sí mismos por perdonados. Como lo suyo no es vitalicio, esperan que el tiempo lo borre o que un error ajeno lo supere.

Pero los monarcas, pobrecitos, pasan a la Historia. No hay olvido para sus hazañas.

Los Borbones, por citar a alguien, reinaron en la Italia meridional entre 1735 y 1860. Hasta que la unificación liderada por Garibaldi los echó. Han pasado 150 años, pero la palabra borbónico en italiano tiene, aún hoy, un significado negativo. Equivale a retrasado, anticuado, despótico...

En el sur de Italia se usa lo de decirle a alguien que, por favor, no sea un "borbone". Desde que me enteré sonrío.