sábado, 23 de noviembre de 2013

Cosas que se aprenden leyendo el periódico


A menudo encuentro gente que dice, muy ufana, no leer periódicos porque “para lo que cuentan”. Curiosamente, no suelen hacer la misma equivalencia con la televisión, pero eso lo dejo para otro día.

A mí, sin embargo, me chifla leer la prensa. Cuantos más diarios y más alejados de mi “zona de bienestar ideológica” mejor me lo paso. Desde niña –en mi casa el periódico, como el pan, se compraba todos los días- he sentido que aprendo mucho con esa costumbre mía. Las cosas suceden igual aunque no te enteres. Y yo, que prefiero enterarme, vivo mal un día sin periódico.

Hoy, por ejemplo, he sabido que en España el límite del delito fiscal está en 120.000 euros por ejercicio. Si defraudas, año tras año, sin sobrepasar esa cantidad, no pasa nada.

“Yo nunca voy a tener 120.000 euros”, me dirían algunos menefregistas. Y yo tampoco. Pero no está de más conocer cómo se defienden a sí mismos los poderosos. Tienen claros sus intereses y el camino a recorrer para mantenerlos. No se dejan confundir, ni convencer. Donde tú ves un simple merengue ellos ven un instrumento de delito. Que nunca se sabe detrás de qué cosa puede esconderse el mal.

Los periódicos lo explican estupendamente. Algunos, mejor que otros, añadiría.