jueves, 14 de mayo de 2020

Desconfinamiento: LA CONFUSIÓN

El gran error de la comunicación gubernamental en este momento de salida de la madriguera es no explicar crudamente la realidad.

Dulcifican el mensaje, para intentar agradar supongo, y acaba pasando que nos enredamos en si las franjas horarias son buenas o malas para nuestros intereses personales, si la mascarilla es más o recomendable y/o soportable, que si las terrazas, que si las fiestas patronales...

Todo se simplificaría si dijeran alto y claro cuál es la diferencia entre ahora y hace dos meses.

Repasemos: el virus es el mismo - igual de contagioso y desconocido-, tratamiento no tenemos; vacuna, tampoco. Lo distinto es que gracias al confinamiento se ha reducido de manera considerable la velocidad de contagio y, en caso de enfermar, tendremos una cama en el hospital. O sea, hemos superado la fase de colapso del sistema sanitario.

Eso es todo. Igualmente podemos enfermar, pero, al ser menos, nos pueden cuidar mejor.

La tan anhelada normalidad es una ilusión. El riesgo no ha bajado. Si suben los contagios volveremos a la casilla de inicio.

A no ser que queramos aceptar como normal al COVID-19, sus cifras diarias de mortalidad y una asistencia sanitaria selectiva, atendiendo a las personas según criterios de productividad.

Algunas voces ya han perdido la vergüenza y lo declaran sin pudor: que se mueran los viejos. Y si la cifra final resulta poco estética, dejamos de contarlos.

Ellos hablan, y el resto ¿cuándo pasaremos de aplaudir a reivindicar?

domingo, 3 de mayo de 2020

Confinamiento día 50: NI SÍ NI NO


Durante estas cincuenta jornadas especiales, he tenido días pesimistas y días optimistas, pero en ninguno de ellos he creído que fuéramos a salir de esta emergencia siendo mejores.

No quiero ser aguafiestas; me gustaría creer que las situaciones dramáticas sacan lo bueno de la gente, pero confundir los deseos con la realidad no es un buen punto de partida para ningún análisis. ¿En que se basan los que dicen que vamos a salir cambiados? ¿Los aplausos van a conseguir mejores condiciones laborales para el personal de la Sanidad? ¿El cierre de la hostelería va a cambiar la relación alcohol-ocio? ¿La mortalidad en las residencias de mayores va a poner en cuestión el modelo actual de cuidado?

!Ojalá fuera tan sencillo! Los cambios hay que provocarlos, y me temo que la mayoría de la sociedad quiere volver a lo de antes.

Un virus puede enfermarnos, incluso matarnos, pero no nos transforma. Después de esto, seguirá habiendo quien colabore y quien se dedique a fastidiar. Quien solo piense en sí mismo y quien ayude a la colectividad.

No conocemos el camino de salida; avanzamos entre la incertidumbre.

!Pero siempre nos quedará París!


sábado, 2 de mayo de 2020

Confinamiento día 49: LA PRIMERA CAMINATA



Hoy es un día importante. El primero en el que podemos caminar sin motivo, solo por placer. He deambulado tanto por el kilómetro permitido que mañana tendré agujetas... Pero volveré a salir. Solo porque puedo.

Me ha parecido que había mucha gente. Sobre todo para lo temprano que era. Igual, antes de esto también estaban, pero la costumbre no me permitía verlos. Ahora siento la presencia de los otros como un riesgo. Hay una barrera sicológica entre los demás y yo. Cuando pienso que mi última reunión familiar no virtual se remonta al 7 de marzo...

Espero recuperar la costumbre de relacionarme. Pero el reparo ante el contagio no se me va a pasar fácilmente. He recordado una frase que leí en algún lugar: la cebra corre ante el león y no es cobardía, es apego a la vida. Yo tengo mucho de cebra.