jueves, 30 de diciembre de 2021

BAM 9: izarren hautsa / polvo de estrellas


Seguir la emisión del Concierto de Año Nuevo es una costumbre muy arraigada en mi infancia. Así es como pasábamos la mañana del día primer del año, jugando por casa, con la tele encendida y el ritmo de los valses vieneses de fondo.

No descubro nada si digo que el tiempo vuela. Un día estamos celebrando el nochevieja, y, a continuación, las horas de luz empiezan a alargarse y nos plantamos en primavera. El verano se pasa en un suspiro. Con el inicio de curso estamos otra vez sacando los abrigos del armario y haciendo planes destinados a no cumplirse.

Hace nada entramos en el 2000 y en mi nueva agenda marca 2022.

Claudio Magris, en “El infinito viajar”, cita a la que fuera su esposa Marisa Madieri.

Nosotros somos tiempo cuajado, dijo en cierta ocasión Marisa Madieri. Y no sólo cada individuo, también cada lugar es tiempo cuajado, tiempo múltiple. Un lugar no es sólo presente, sino también ese laberinto de tiempos y épocas diferentes que se entrecruzan en un paisaje y lo constituyen; así como pliegues, arrugas, expresiones excavadas por la felicidad o la melancolía, no sólo marcan un rostro sino que son el rostro de esa persona, que nunca tiene sólo la edad o el estado de ánimo de aquel momento, sino el conjunto de todas las edades y todos los estados de ánimo de su vida”.

Tiempo cuajado. Se me ha quedado grabado.

¡Disfrutémoslo! Tanti auguri   


miércoles, 29 de diciembre de 2021

BAM 8: fue un flechazo


Todos somos frikis de algo. Yo tengo una debilidad por Italia. Visité por primera vez  la Toscana en 2002 y me enamoré, pero no de la cúpula de Brunelleschi  sino del idioma. Desde entonces vuelvo siempre que puedo. Como las pasiones no tienen explicación, no voy a intentar buscar razones a la mía. Allí me siento a gusto, es como si el lugar me acogiera.

Tengo a mi entorno un poco harto con esta manía mía y es normal. De Italia me gusta hasta la canción del verano. Estoy abducida. 


martes, 28 de diciembre de 2021

BAM 7: la nostalgia no es por el lugar sino por el tiempo


Alguien escribió, creo que fue Borges, que la nostalgia no se siente por lo que ocurrió en un tiempo y en un lugar, sino por lo que nosotros éramos entonces. O lo que recordamos de lo que éramos, añadiría yo.

En general, nos contamos nuestro pasado con condescendencia. Somos complacientes con nuestro yo de ayer.  Y está bien.  Los recuerdos nos construyen así que mejor si guardamos los buenos. Pero la vida siempre es presente.  A mí  también me gusta mirar por el retrovisor pero nunca con ganas de retroceder.


lunes, 27 de diciembre de 2021

BAM 6: mientras pueda bailar


No sé si la culpa fue del cha cha cha de Gabinete Caligari, o del merengue de Juan Luis Guerra, pero yo un día me arranqué a bailar y no he parado.

Moverse al ritmo de la música produce muchos efectos positivos en el cuerpo y en la mente: rebaja el estrés, alegra el ánimo, mejora la concentración… Bailar es una gozada. Y cualquiera puede hacerlo. De una manera sofisticada como la pareja del tango o a saltitos verbeneros, como en Sarri Sarri. La cosa es moverse.

Comparto la visión inclusiva de la danza que tenía el gran Antonio Gades: “la gente piensa que para bailar hay que ser joven, guapo, alto, delgado… Para nada es así. Bailar es expresar un sentimiento y lo puede hacer cualquiera”.


domingo, 26 de diciembre de 2021

BAM 5: zu bezalako haurrek..


Ser madre es lo que más satisfacciones me ha dado y, sin duda, lo que mejor me ha salido. Esta es la canción –una de ellas- con la que dormía a mi bebita. La niña ha crecido y ahora es ella quien me regala su música Perlak, Mice, Birkit


viernes, 24 de diciembre de 2021

BAM 4: entre Bilbao y Donostia, vida en tránsito


Una gran parte de mi tiempo lo paso en la carretera, como los viejos rockeros, autopista arriba y abajo. La A-8 es como el pasillo de mi casa. Y la AP-68, el patio donde cuelgo la ropa. En los días libres me gusta ir de excursión a Baztan o a Biarritz. Tanto trasladarme de un lado para otro me ha hecho tener una relación especial con el espacio y la geografía. En unos sitios soy y estoy, en otros solo puedo estar.

Si tuviera que elegir un lugar al que volver una y otra vez, en un hipotético día de la marmota, sería Donostia.  Es única. De una belleza tan tranquila y equilibrada... En un concurso de miss ciudad bonita rivalizaría con Venecia, sin duda, pero la tamborrada  me aburre. Marijaia es mi diosa. Las mejores fiestas son las de Bilbao (aunque la fama se la lleven los sanfermines). 

Piques deportivos aparte, somos muy parecidos. A mi extensa familia solo le cuesta ponerse de acuerdo en una cosa: la hora de la comida.


jueves, 23 de diciembre de 2021

BAM 3: canciones de amor y otras


Cuando era una alumna de liceo estudié francés. Tuvimos una profesora muy vieja y muy joven a la vez (tenía muchos años y un espíritu totalmente infantil) que defendía que cantar es una manera estupenda de aprender un idioma. Y así pude conocer  temas preciosos como La mauvaise reputation de Georges Brassens o La métèque de Georges Moustaki . Y también la más desoladora canción de amor nunca escrita:  Ne me quitte pas de Jacques Brel.

Déjame convertirme en la sombra de tu sombra, en la sombra de tu mano, en la sombra de tu perro. No me abandones.

Súplica desgarradora, romántica y tóxica.

Es muy fácil atormentarse por el desamor, pero cuando se acaba se acaba. No es necesario mentir. Acéptalo y sigue adelante, como dice Alaska.


miércoles, 22 de diciembre de 2021

BAM 2: el día que Ruper Ordorika nos habló


Si, en caso de incendio o inundación, solo pudiera elegir salvar un disco, uno solo, sería este de Ruper Ordorika. Me enamoró. Escuchaba una y otra vez la cinta casete. Cuando ya no dio más de sí la sustituí por el CD, pero, en cualquiera de los soportes, esta obra ha viajado siempre en mi coche y se ha trasladado conmigo por todas mis residencias.

En otra ocasión os contaré el día que un chico con un guitarra nos preguntó cómo llegar al teatro donde tenía que actuar. El era un cantante desconocido y nosotras unas crías en una plaza.

En este punto, algunos me preguntaréis dónde he dejado Lau teilatu de Itoiz o Gaztelugatxe de Oskorri, canciones preciosas y evocadoras, pero Ruper es mucho Ruper .


martes, 21 de diciembre de 2021

Breve autobiografía musical (BAM): la niña Disney que se miró en el lago


Todos los años tengo el mismo dilema ante la lista de regalos navideños: ¿es mejor preguntar a la gente cercana qué quiere o jugar a la sorpresa?  

Cómo no puedo saber qué esperáis  vosotros,  -ni tampoco puedo preguntaros-, he decidido regalaros una selección musical, a modo de autobiografía.  Hasta final de año publicaré canciones que me dicen algo, bastante, y me apetece compartir. ¿Suena un poco vanidoso? Pues, claro. No hay bloguero sin vanidad. ¿Cómo sino puedo pretender que alguien le interese lo que escribo?

Empezando por el inicio, tengo que reconocer que fui una niña Disney que cantaba el superfragilisticoespialidoso, aunque con el pasar de los años me gustó y me sigue gustando más el voy a holgazanear de Pipi Calzaslargas. Es una de mis canciones favoritas.  Por el mensaje, sobre todo.

Pero saltémonos la infancia y a los cantautores – ¿entenderán mis sobrinos qué es eso del cantautor?- He estado tentada de elegir  Al Alba de Aute pero me sale mucha tristeza y no quiero daros el día.

Así que he elegido a Triana. En recuerdo de esa chavala que fui.

sábado, 20 de noviembre de 2021

Treinta y tres cajas grandes


Algunos deseos infantiles se nos olvidan. Surgen otros, más importantes en apariencia, y los van desplazando. Yo de pequeña quería tener muchos libros. Dinero para comprarlos, una estancia propia donde guardarlos y tiempo para leer, y leer, y leer. “Esta niña abre un libro y se le olvida comer” decía mi madre, en tono de reproche.

Un percance doméstico con fuga de agua incluida nos ha obligado a vaciar la sala y a vivir algo incómodos durante semanas. El mayor problema ha sido la recolocación, en un lugar seguro, de los libros que hemos ido acumulado en una vida –no somos jóvenes;  el Servicio de Salud se encarga de recordárnoslo a menudo-.

Ha habido que alquilar un trastero para guardar el contenido de dos largas estanterías que ocupaban las paredes. Treinta y tres cajas grandes de libros. Lo de grandes no es exagerado. Miles de ejemplares. Ordenados por idioma y apellido.

Nunca habría imaginado que les tenía, les tengo, tanto apego.  De algunos pocos, recuerdo cuándo los compre o quién me los regaló, en qué situación los leí. Cuánto me ayudaron.

Cuando se los llevaron supe lo mucho que los apreciaba. Ha quedado un extraño eco en la estancia. Un vacío inquietante. Faltan las palabras de tanta gente talentosa que escribió para que otros disfrutaran.

Como dice Coque Malla en esa preciosa canción, vivimos solo una vez  y todo es fugaz. Yo he pasado muchas horas buscando, comprando y leyendo.  Puedo decir que aquel anhelo infantil se ha cumplido.

Estoy deseando que vuelvan a casa mis libros. Con ellos me siento acompañada.

 

 


lunes, 6 de septiembre de 2021

Reiniciarnos


Me ha entristecido mucho la muerte de Olatz Vázquez. No la conocía más allá de las redes sociales, pero el relato de sus vivencias en instagram, la manera de narrar su día a día, era tan íntimo y artístico... Tocaba muy dentro. 

Deseaba un final feliz para la enfermedad de Olatz. Y a la tristeza se ha sumado la rabia, porque no hubo diagnóstico a tiempo. Nunca sabremos si de haberla atendido antes el desenlace hubiera sido otro. 

Lo que sí sabemos es que la atención sanitaria pública está muy resentida y que el coronavirus es la excusa para todo. Pero hay otras enfermedades, otros dolores, otras tragedias... ¿No os parece que el covid-19 está ocupando demasiado espacio y tiempo en nuestras vidas? Se ha convertido en un bucle sin final. 

Encaramos un nuevo inicio de estación y es momento de marcar prioridades, personales y colectivas. No podemos aceptar perder servicios y derechos que teníamos en 2019; hay que sacudirse el síndrome sicológico de la pandemia y recuperar lo que éramos.

Tenemos la posibilidad de reiniciarnos con cada despertar. 

Quiero veros bailar. 

viernes, 25 de junio de 2021

A cara descubierta


Nos quedan muchos más

regalos por abrir.

Monedas que, al girar,

descubran un perfil

que empieza en celofán

y acaba en eco. 


He elegido una canción que me emociona -sobre todo la percusión final- para dar la bienvenida al tiempo sin mascarilla. 

Han sido meses de perdernos muchas sonrisas. Echaba de menos sentir el viento en la cara cuando camino -hoy retorno a las escaleras hacia el acantilado-, y, aunque sea provisional, este relajamiento de las medidas lo voy a disfrutar. Vaya que sí. 

Yo no suelto la mascarilla - he comprado una cinta para llevarla colgando-, pero quiero acostumbrarme de nuevo a las caras con dientes y papadas. Puede que os vea a todos más flácidos y viejos, puede que me encontréis menos guapa, pero lo asumo; es preferible la fealdad a la asepsia. 

Porque necesitamos ver el final de los días raros. Reencontrarnos. Y vivir el verano. 

domingo, 9 de mayo de 2021

La patria era el bar



Lo siento por el personal sanitario. Tanta admiración y aplauso, y ahora les dejamos a su suerte. Son los mayores damnificados de esta lucha entre poderes: el político, el judicial, el económico...

El mensaje fue claro desde el inicio, pero con el shock del confinamiento no supimos, o no quisimos, interpretarlo: había que aprender a convivir con el virus. O sea, acostumbrarse. Se nos exhortaba  a hacer hueco en nuestra vida cotidiana para las mascarillas, la distancia personal, las cifras de contagios, los confinamientos por contacto, los ingresos en UCI y la muerte. A cambio, nos han ofrecido desinformación y regañinas, junto con promesas de una mejora a plazos que, como el mar, funciona por mareas: ola arriba, ola abajo.

El reforzamiento y la mejora del sistema público de salud quedaban aplazados para tiempos mejores. 

Y así  hemos llegado hasta aquí, mentalmente exhaustos, cada cual aferrado a su argumento, para descubrir que el terreno a defender era el bar. La libertad de consumir y hacer caja le ha ganado la batalla a la solidaridad. 

A partir de ahora, que se mueran los feos que ya tenemos nueva diana: las personas que voluntariamente decidan no vacunarse van a ser señaladas como apestadas. Porque nada une más que un enemigo común. 





lunes, 8 de marzo de 2021

De pronto, hace un año de todo


A la pantalla de mi móvil saltan imágenes de mi vida hace ahora un año. La víspera de que la pandemía nos mostrara su rostro, tuve un fin de semana de celebraciones familiares y de amistad. Más de 20 personas en torno a una mesa, hablando, comiendo, riendo, tocándonos... 

Las fotos muestran personas ajenas a contagios y cuarentenas. Después llegarían el confinamiento y el teletrabajo. Y la convivencia con una enfermedad que ha puesto la cotidianidad patas arriba y nos ha mostrado, crudamente, las costuras de nuestras certezas.

¿Entonces éramos felices? Visto desde el ahora, sin duda. Y hoy ¿lo somos? Cada cuál tendrá que buscar su respuesta. 

Yo me he hecho una lista de las cosas positivas que, para mí, ha tenido el 2020. Son varias e interesantes. Quizá habría llegado al mismo lugar sin la pandemía, nunca lo sabré.

Lo que sé es que en este periodo extraño y difícil he desarrollado mucho mi capacidad para el disfrute; me he hecho más selectiva en cuanto a las compañías, los lugares y los tiempos; más sensible (el calor me parece más cálido, el aire, más fresco), y aprecio mejor los afectos y el silencio. 

A ratos, diría que todo consiste en resistir. Y en eso las mujeres como yo estamos entrenadas.




domingo, 14 de febrero de 2021

Mantieni il bacio



Es el amor el que nos salva de la herida del mundo 

 È l'amore che ci salva dalla ferita del mondo. Mantieni il bacio letra traducida. Michele Bravi.