Me ha entristecido mucho la muerte de Olatz Vázquez. No la conocía más allá de las redes sociales, pero el relato de sus vivencias en instagram, la manera de narrar su día a día, era tan íntimo y artístico... Tocaba muy dentro.
Deseaba un final feliz para la enfermedad de Olatz. Y a la tristeza se ha sumado la rabia, porque no hubo diagnóstico a tiempo. Nunca sabremos si de haberla atendido antes el desenlace hubiera sido otro.
Lo que sí sabemos es que la atención sanitaria pública está muy resentida y que el coronavirus es la excusa para todo. Pero hay otras enfermedades, otros dolores, otras tragedias... ¿No os parece que el covid-19 está ocupando demasiado espacio y tiempo en nuestras vidas? Se ha convertido en un bucle sin final.
Encaramos un nuevo inicio de estación y es momento de marcar prioridades, personales y colectivas. No podemos aceptar perder servicios y derechos que teníamos en 2019; hay que sacudirse el síndrome sicológico de la pandemia y recuperar lo que éramos.
Tenemos la posibilidad de reiniciarnos con cada despertar.
Quiero veros bailar.