Aún estoy asumiendo la decepción. Soy inocente, pero no tanto como para pensar que los poderes fáctico-financieros fueran a asustarse por la negativa del pueblo griego a aceptar la agonía continua como forma de vida. Por ahí no esperaba nada.
Sin embargo, mi romanticismo me hacía soñar con que Grecia tuviera un plan B. Algo que pudiera librarle de reconocer lo que todos sabemos: los abusones y los matones siempre ganan. Pero a costa de resultar simplista, siento que Tsipras, acorralado, se ha salvado a sí mismo.
Y mientras asumía esta tristeza por una Europa perdida sin remedio, dos hechos me han despertado del letargo: la caza del león Cecil y la persecución a Varufakis.
Es terrible que un ser humano disfrute matando a un animal tan hermoso. Y es lógico y normal que la indignación llegue a las redes y a las calles. Cualquiera que haya visto el "Rey León", aunque sea un compulsivo comedor de chuletas, simpatizará con el majestuoso felino y despreciará al cazador yankee. Pero...y a Varufakis ¿quien le defiende? No les vale con la derrota, buscan castigar y humillar. No pararán hasta tener su cabeza en una bandeja.
En este vídeo, fragmento de la entrevista que le hicieron en Salvados, da su opinión sobre los políticos profesionales. Esos que ahora le persiguen.
Este otro es un sketch de una televisión alemana sobre el ex-ministro griego de Finanzas. Subtitulado en castellano.
viernes, 31 de julio de 2015
Varufakis y el león Cecil
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