Febrero, en blanco. Ha sido un mes de ausencia. No por falta de temas ni de ganas. Sólo porque hay otras cosas y el tiempo es limitado. La actualidad se puede resumir en pocas palabras: sobres de corruptos, nieve en invierno, un Papa que dimite, una Italia "ingobernable"... Nada me ha hecho volver a este rincón. Es estupendo descubrir que no tengo adicción al blog.
Sin embargo, he llorado con una noticia que no se ha llevado grandes titulares ni seguimientos especiales. No hay corresponsales que se desplacen a contarlo, ni merece editoriales. Quizá porque no es novedosa, sólo una barbaridad más entre las tantas que sufren las mujeres.
En las islas Maldivas, el paraíso de los viajes de novios y los turistas con caché, una jovencita de 15 años ha sido condenada a recibir 100 latigazos por el terrible delito de haber sido víctima de una violación. Castigan a la inocente. Duele sólo leerlo.
El 14 de febrero, día de San Valentín, se celebró en todo el mundo la campaña One Billion Rising ('Alcanzando mil millones'), un movimiento global que reclama el fin de la violencia y la igualdad de género. Harán falta algo más que baile y música para acabar con la violencia pero el vídeo es muy bonito.
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