Me paran por la calle para hacerme una encuesta. Pregunta única: "¿Desconfía de los políticos?" Así, de todos juntos, dando por supuesto que no hay diferencias. Se hace mucho esto. Las mujeres, los negros, los gitanos, los funcionarios, los taxistas... se junta a personas en colectivos para descalificarlas en conjunto. Se deja ver que el problema son las características humanas, sus debilidades; no el sistema ni la organización. Hace falta un debate serio, no lugares comunes para escalar puestos en la lista de trending topics.
El todos son iguales hace daño y no resuelve nada. Podríamos, para variar, hablar de ladrones. ¿Son todos iguales? ¿Reciben el mismo trato el que roba un ordenador y el que desfalca una empresa? ¿Cómo puede un país, una sociedad, un partido, un... soportar tan nivel de corrupción? ¿En qué sobre se están llevando nuestro bienestar y nuestros derechos?
En los años 80, en Bilbao, durísima década de reconversión y destrucción de empleo, a un conocido le entró un colgado con una navaja. Que le diera la cartera ya o le pinchaba. Se la da, el atracador la abre y se encuentra con el carné del paro de su víctima. "A ti no te robo, que tú eres un pringao como yo". Se da media vuelta y se larga. Eso es tener conciencia de clase. Todo no vale.
domingo, 27 de enero de 2013
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Iguales no serán, pero lo están poniendo difícil para distinguir. Y eso que estoy convencido que, con sus defectos y limitaciones, el sistema democrático es el mejor de los posibles (y que no nos vendan la tecnocracia como solución)
ResponderEliminarPues, sólo queda afinar la mirada para encontrar las diferencias...
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