miércoles, 15 de noviembre de 2017

Nos quieren sumisas o muertas


Cinco desalmados acorralan a una joven en el descansillo de un portal. La violan entre exclamaciones del tipo: "Quillo, que te toca a ti". Le roban el móvil antes de abandonarla y comentan y difunden su "hazaña". La agresión se denuncia y llega el juicio. Los violadores se declaran "no culpables" ya que, al parecer, consideran que la mujer aceptaba o asumía la situación y a sus ojos esa actitud debe ser sinónimo de consentimiento. Siento un asco profundo. Y casi me provoca el vómito enterarme de que a la víctima, a la joven mujer agredida, se la ha investigado y los informes de ese seguimiento serán utilizados por la defensa de los atacantes ("presuntos" , por favor).

Y yo me pregunto: ¿a quién se está juzgando a los agresores o a la víctima?

¿En qué categoría nos incluyen este tipo de machos sin empatía a las mujeres? ¿Qué concepto tienen de sus madres, hermanas y novias? ¿Cómo se relacionan con sus compañeras de trabajo, con sus profesoras o jefas? ¿Cuál es el límite del "no" para estos elementos?

Y de nuevo, me viene la imagen de la joven y valiente mujer que denuncia y espera justicia y va a ver su prestigio cuestionado por intentar superar el trauma. ¿Cuánto tiene que sufrir una mujer para que no se la cuestione? Nos cuentan que los agresores parecen tan buena gente y tan normales..., hasta que las matan.

Parece que las "buenas" mujeres solo pueden ser sumisas. O cadáveres...

Tendremos que insistir por el camino de la reivindicación y el feminismo, porque como dice la periodista, economista y escritora Katrine Marcal en esta entrevista: 
¿Qué es hoy día ser feminista?
Es la idea radical de que las mujeres también somos seres humanos. En demasiados países las mujeres son tratadas y están consideradas como menos que seres humanos.

Seres humanos.