lunes, 28 de noviembre de 2011

El optimismo obligatorio nos acosa

Acabo de leer un libro que me ha entusiasmado. Se trata de "Sonríe o muere. La trampa del pensamiento positivo" de Barbara Ehrenreich. Es una autora que ya conocía por otra obra que también recomiendo "Por cuatro duros. Como NO sobrevivir en los EEUU". (En este recogía sus experiencias en trabajos poco remunerados, como parte de una investigación sobre las condiciones laborales de las clases trabajadoras de Estados Unidos). Pero volviendo a lo que me interesa ahora -la crítica al pensamiento positivo-, el libro es una denuncia muy documentada de la influencia negativa que el pensamiento positivo ha tenido y tiene en la sociedad estadounidense. (Y de rebote en la nuestra, claro)

Ehrenreich dice que: "El pensamiento positivo es en realidad un brillante método de control social, ya que anima a la gente a pensar que no hay nada malo en el sistema (la economía, la contaminación ambiental). Y que lo que está mal tiene que ver con usted, con la actitud personal de cada uno".

En el siguiente vídeo - con subtítulos en castellano- se puede escuchar a la escritora comentar su libro y defender sus argumentos.



A mí, como a Ehrenreich, me gustan los protestones. Y tengo claro que igual que la gente tóxica es perjudicial, quitar importancia a los problemas ajenos es una manera cruel y refinada de hacer de menos. (El "no llores tonto, que no es nada" que algunos adultos sueltan a los niños en vez de ponerse en su lugar para entender "eso" que a los ojos del pequeño es un drama).

Por cierto, “El secreto” es el libro que más se presta en la biblioteca en la que trabaja una amiga. La lista de espera es larga. Me dice que ella ya sabe quién va a solicitarlo sólo con verles la cara. Todos tienen pinta de necesitar que alguien les diga que hacer con su vida.

"La pobreza es un fracaso del individuo". "Si estás en el paro siéntelo como una oportunidad". "Te mereces más y puedes conseguirlo si de verdad lo deseas"... Cuando escucho frases de ese pelo, me entran ganas de salir corriendo y huir. Porque el optimismo obligatorio puede ser algo más que una broma de mal gusto. Sólo tenéis que ver esta escena de "Tutta la vita davanti" película dirigida por Paolo Virzi en 2008. (Argumento: Marta, joven licenciada en Filosofía, sólo encuentra trabajo de teleoperadora, vendiendo robots de cocina. Entra en un mundo de precarias condiciones laborales, con técnicas de venta agresivas y actividades de motivación que se parecen mucho al mobbing). Un call center de pesadilla. Aquí la canción de bienvenida al trabajo...




3 comentarios:

  1. Muy interesante el post, Nekane. Gracias!! El tema da mucho de sí. Sé que estar de acuerdo con ello no es se una pesimista recalcitrante. Besos

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  2. interesante pero manipulado. Y cae en tantas contradicciones como esos libros a los que critica: ejemplo:

    "soy un hombre de ciencia, estoy convencido de que la realidad como tal no existe pero nos acercamos cada vez más a ella".

    Que narices significa esta chorrada de frase?

    Tanta credibilidad como "El Secreto". Que cada uno busque su felicidad como le de la gana!

    http://www.lavidaenfotos.es

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  3. Creí que había comentado...
    No, que me parece tan cierto esta cuestión de la sonrisa impuesta, tan terrible.
    Te he citado en: http://robertotelopidoporfavor.blogspot.com/2012/01/la-fuerza.html.
    Gracias.

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