domingo, 28 de septiembre de 2014

Un verano más...


Cada uno de nosotros tiene su propio calendario personal, con fechas señaladas en rojo festivo, negro duelo o verde esperanza. Con inicios y finales. Con picos y valles. Yo siempre empiezo mis agendas en septiembre. No sólo la de papel, también la mental. Es al inicio del otoño cuando pongo el cronómetro a cero -como si fuera posible no cargar con el cansancio acumulado por la experiencia- y me apunto a nuevas vidas dentro de la misma vida. No es casualidad. Nací en agosto. Es del sol de quien tomo la fuerza.

Para algunas personas es el retorno de las competiciones de fútbol, para otras, la vuelta a la escuela, para mí lo que marca verdaderamente el final del verano es la gala de clausura del Festival de Cine de Donostia. Es inconsciente. En ese momento me sale buscar en el armario las camisetas más gruesas y los zapatos de invierno, porque el entretiempo es un concepto que no entiendo (yo tengo frío o tengo calor).

Ha sido un verano intenso. Con demasiadas cosas para contarlas en un post.

!Si hasta se ha casado George Clooney!






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