sábado, 22 de noviembre de 2014
Sólo le pido a Dios...
¿Qué lleva a la gente, al pueblo llano que se dice, a llorar y penar por la muerte de una aristócrata latifundista que "vivió como quiso" porque tenía medios y posibilidades para ello -no veo el mérito- mientras el resto vive como puede? ¿Qué extraño mecanismo mental hace surgir la solidaridad con una cantante que ingresa en prisión por haber delinquido y ni siquiera muestra arrepentimiento? ¿Hay arreglo? ¿Seguirá por los siglos de los siglos la aclamación popular a favor de liberar a Barrabás?
"...que lo injusto no me sea indiferente. Si un traidor puede más que unos cuantos que esos cuantos no lo olviden fácilmente."
Etiquetas:
aliento,
apariencias,
crisis,
democracia,
educación,
muerte,
mujeres,
periodismo,
política,
vida
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Me temo que no tengo respuestas, Kanene, más bien coincido en tus preguntas (¿retóricas?)
ResponderEliminarMe llevan los demonios cuando enciendo la televisión. ¿Somos tontos o estamos atontados?
Eliminar