lunes, 17 de agosto de 2015

Ver lo bueno

Es un ejercicio que potencia el músculo del optimismo: animarse a ver lo bueno, también en las páginas de los periódicos. Yo lo practico en vacaciones. Como desintoxicación mental.

Las dos últimas noticias positivas que he encontrado me han reafirmado en que la defensa de los derechos esenciales no es tarea grande ni pequeña, sino cosa de todos los días.

Los pensionistas guipuzcoanos se unen para reivindicar que ninguna pensión esté por debajo del umbral de la pobreza. Y a mí me alegra ver que hacen frente a la discriminación por edad que se extiende en nuestra sociedad como una mancha de aceite. Mayores y dinero. ¿Quién no ha oído decir alguna vez que los viejos necesitan menos dinero porque "gastan menos"? Es justo al revés.

En la otra cara de la moneda están las criaturas. Esas que molestan tanto a la parte de la población sin hijos que impulsa un mercado de espacios only adults. La cuestión que siempre me ha sulfurado es que se cuestione el derecho a amamantar en espacios públicos. Si una persona de 25, 35 ó 45 años se puede comer un bocata en la calle, por qué un lactante no va a poder alimentarse...

Los pensionistas se unen para luchar por pensiones dignas y el Gobierno Vasco reconoce el derecho de las madres a amamantar en espacios públicos. No está mal para ser agosto.

Sento il mare dentro a una conchiglia...estate, l'eternità è un battito de ciglia (Escucho el mar en una caracola...verano, la eternidad es un pestañeo).



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