jueves, 24 de diciembre de 2009

De la Navidad, el turrón

A mí la Navidad no es que no me guste, es que no la entiendo muy bien. Por eso, si tengo que elegir, me quedo con el turrón.

Si lo piensas te das cuenta de que es una época curiosa. Al parecer, se trata de disfrutar y de ser bondadosos, pero yo diría que está llena de imposiciones, compromisos y un poco de cinismo. Para empezar, hay que celebrarlo en familia -en una familia más o menos convencional-, con lo que aquellos que carezcan de una, si no se pertrechan tras una personalidad resistente, van jodidos. Les da la depre y se emborrachan. Conozco, por lo menos, tres separadas que han hecho pública su intención de pillar una cogorza histórica en estos días.

Otra obligación de la Navidad es comer mucho. Si no quieres ir de rara tienes que excederte y engullir como si acabaras de salir de una gran hambruna. Luego vendrán los empachos, el colesterol, el sentimiento de culpa por el diámetro de la barriga.., pero eso será luego, en la subida de la cuesta; ahora vamos hacía abajo a toda pastilla y si te controlas eres una aburrida que no entiende el espíritu navideño. A mí me salva el turrón. Cuando insisten para que repita digo que estoy dejando sitio para el postre.

También hay que demostrar afecto comprando cosas para regalar. Esta parte no me desagradaría si no fuera obligatoria. Hay personas a las que nunca sabes qué puede gustarles. Por eso se venden tantas colonias. ¿Y qué pasa si no tienes dinero? Que no a todo el mundo le sobra... Pues si no regalas y no te regalan no eres nadie. ¡Eso si que me subleva! Es la victoria de los grandes almacenes. ¡Hay tantas formas de dar amor que no necesitan de paquete y lazo...! Pero el sexo oral no cuenta como regalo navideño.

La falsa amabilidad de los que durante todo el año te dan la espalda y en estas fechas te felicitan antes me molestaba, ahora me da la risa. Ejemplo de que voy aprendiendo a ser tan hipócrita como el resto.

He hablado de imposiciones y de compromisos. En cuanto al cinismo, este año la guinda la pone el director de EITB, que va a emitir, en nombre del pluralismo, el mensaje navideño del rey de algunos (no el mío, porque no soy súbdita de nadie) al mismo tiempo que todas las cadenas generalistas españolas. Como cada día debo ser más bruta, no consigo entender esta pluralidad del pensamiento único que lleva a aceptar como normal a un rey impuesto por un dictador. ¿Lo plural no sería que en alguna cadena se pudiera hablar contra la monarquía?

2 comentarios:

  1. Nik gabonak elur usaina, hotz sanoa eta sutondo ondo konpainia onarekin lotzen ditut.
    Agian, betekada sentsazioa egun hauetan bakarrik sentitzen dudalako gustatuko zaizkit gabonak. Ohartzen naiz jatun ona ez den batentzat infernua izango dela

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