lunes, 13 de junio de 2011

¿Dónde está la Fuente?

Un estadounidense que estudia un máster en Edimburgo ha hecho creer a todos los que leían el blog "A gay girl in Damascus" que era Amina Abdalá, una lesbiana que arriesgaba su vida por contar su día a día en Siria. Desde febrero, ha descrito las relaciones de Amina, su participación en las protestas e incluso su detención. Se llegó a crear un grupo en Facebook, con 15.000 seguidores, para pedir su liberación. Todo era mentira.

Tom MacMaster, que así se llama el embustero, podía haber escrito una novela con el mismo argumento, pero no habría tenido seguidores. El autor del blog está de vacaciones y ahora mismo le viene mal dar explicaciones -quizá esté esperando a conseguir una exclusiva pagada- pero ha pedido, eso sí, disculpas. Cree que no ha hecho nada malo. Admite que se ha inventado a la protagonista pero considera que las situaciones descritas se parecen a la realidad y además, con su engaño quiere llamar la atención sobre la pobre cobertura informativa que se ofrece desde los medios.

Decir que este bloguero me parece un jeta es quedarme corta. Quizá quería poner en evidencia a los periodistas desplazados a Oriente Próximo, pero lo que ha que conseguido es rebajar la credibilidad de la información que flota en Internet. Se ha reído de la buena intención de las personas que se acercaban a su blog, y de los activistas que sí se arriesgan a serlo en el terreno. Y, de paso, ha demostrado que lo de "en la red, todos periodistas" es una falacia. La información sin rigor, sin citar fuentes, sin posibilidad de contraste, no es periodismo, es "otra cosa". Puede ser simple cotilleo, puede ser rumor o ficción... Desinformación, intoxicación... Internet es el patio en el que todos podemos opinar, pero eso no nos hace expertos en nada ¿O alguien piensa que por darle un bisturí a una persona se convierte en cirujano?

La clave siempre está en la fuente. ¿Quién dice qué? ¿Quién es ese quién? ¿Qué intereses tiene en el asunto?

Y la fuente de Anonymous es lo que andan buscando desesperadamente algunos, para secarla. Los venden como los nuevos "terroristas", aunque no nos den ningún miedo. !Qué graciosa la rueda de prensa en la que el policía, tras asegurar que han descabezado la cúpula en España, tiene que recordar que esto no es un juego de chavales sino un delito! Confieso que seguí con entusiasmo las venganzas de Lisbeth Salander en la trilogía de Stieg Larsson y así de memorables me parecen los postulados de Anonymous.

"Nuestro mensaje es simple: no mintáis a la gente, y no tendréis que preocuparos por que vuestras mentiras puedan quedar expuestas. No hagáis negocios corruptos, y no tendréis que preocuparos por que se destape vuestra corrupción. (...)Sabéis que no nos tenéis miedo porque seamos una amenaza para la sociedad. Nos tenéis miedo porque somos una amenaza para el orden jerárquico establecido. (...)"

Enlace para leer íntegro el comunicado de Anonymous a los señores de la OTAN, traducción de Ked Kite.

1 comentario:

  1. El anonimato lleva a la suplantación y ésta al engaño. Detrás del anónimo puede esconderse cualquiera, incluso un policía. En mis contactos en Facebook he tenido a un militar y torturador argentino, que ahora reside en Miami.
    ¿Existe en realidad Tom MacMaster o es el invento perfecto de una jubilada de Nebraska? Vaya usted a saber.
    Saludos

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