sábado, 13 de agosto de 2011

Slow is beautiful

Mañana voy a tomar dos aviones, un tren y un autobús para llegar a un lugar en el que pasaré unos días de vacaciones. Eso sin contar los trayectos de mi casa al aeropuerto y los traslados entre estaciones. O sea, en catorce horas haré tantos kilómetros y me situaré tan lejos de mi lugar de origen que si mi abuela –cuyo viaje más largo fue la luna de miel a la provincia de al lado- estuviera viva no podría creérselo.

Al principio había escrito unos “días de descanso” pero lo he cambiado por “días de vacaciones”. Es difícil imaginar que vaya a llegar muy descansada. Sin embargo, voy contenta porque me encanta viajar. Especialmente en avión, que me lleva lejos en poco tiempo.

¿Caigo en una contradicción si digo que uno de los objetivos de estas vacaciones es conectar con mi tortuga interna? Pienso hacerlo todo con mucha calma. Y todos los días dedicaré largo rato a no hacer nada. Sin miedo a perder el tiempo. No en vano acabo de leer el libro de Carl Honoré “Elogio de la lentitud”.

Los teóricos de la lentitud apuestan por impulsar un cambio de prioridades y conseguir que los bienes materiales sean menos importantes que contar con tiempo suficiente para disfrutar de la vida. Empezaron por defender la comida de verdad frente al fast food y, poco a poco -no podía ser de otra manera-, el movimiento slow ha ido ganando terreno.

Yo me he apuntado a esta terapia contra la prisa. Si alguien quiere empezar a bajar el ritmo y no sabe cómo aquí tiene unas pautas. Y una pregunta: ¿Cuánto tiempo de ese que “no tenemos” dedicamos a ver la tele?

Cómo Practicar la Vida Slow
Desarrollar un pasatiempo o hobby tranquilo.
No pretender hacer todo de una vez.
Mirar poco el reloj: Los fines de semana levantarse de la cama, respetando los ritmos naturales del sueño, en lugar de poner la alarma.
Hacer las compras en un mercado de productos frescos.
Comer tranquilo: Saborear la comida, apagar el televisor y disfrutar de la compañía de alguien.
En vacaciones: Bajar el ritmo; no intentar conocer o recorrer todo lo que agradaría visitar.
Limitar la lista de cosas pendientes: Tomarse el tiempo necesario para las personas y actividades con las que se disfruta.
No ver tanta televisión: Hay estudios que indican que las personas ven ocho años de televisión durante toda su vida.

1 comentario:

  1. Enjoy your holiday!

    Además, tú sabrás mejor aquello de piano, piano... ;-)

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