sábado, 24 de septiembre de 2011

Censura previa no disimulada

Tremendo lío se montó en un par de horas tras acordar el Consejo de RTVE que se auto adjudicaba el derecho de controlar el sistema de edición de noticias de los telediarios de la tele pública. Sólo dos consejeros se opusieron (representantes de IU y UGT). El resto dieron paso a la propuesta del PP, bien con votos a favor (PP y CiU) o bien con abstenciones (PSOE, ERC y CCOO). Luego, ante el escándalo, salieron los cabezas de lista de todos los partidos diciendo que, por favor, a quién se le ocurre, ellos -todos- están en contra de la censura y a favor de libertad de prensa. Y se pusieron a hablar de la imparcialidad sin decir realmente lo que piensan: "Imparcial es lo que me beneficia".

Lo que más me llamó la atención -y ha pasado un tanto inadvertida- es la información aparecida en El País digital sobre los que nos cuestan estos consejeros. Son doce, el cargo dura seis años, cobran 120.000 euros anuales y tienen derecho a disponer de un coche oficial con conductor, un asesor y una secretaria. Y cuando se discute sobre el ahorro del gasto público ¿por qué no se habla de esto en vez de enfocar el debate hacía si los profesores tienen que trabajar dos horas más o dos horas menos? ¿Por qué no se dirige el furor de los ciudadanos hacía las prebendas de ciertos cargos y el desequilibrio entre la responsabilidad asumida y el coste económico que se destina? Pues, precisamente porque la censura existe.

Existe y está enraizada en la toma de decisiones. Y los profesionales de la comunicación lo saben y no pueden hacer gran cosa si quieren trabajar en según qué medios. Una llamada al director de informativos disuelve muchas dudas éticas. Algunos políticos, siguiendo su lema de "imparcialidad es lo que me beneficia", quieren que además la censura sea legal, se contemple en un texto escrito y no haya ni posibilidad de criticarla. Era la tercera vez que la representante del PP lo intentaba. La derecha no se corta nada. No sienten que tengan que disimular ni arrepentirse. Se gustan como son.

También el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, se muestra sin complejos. En el tema de Kukutza, el gaztetxe de Errekalde derribado este fin de semana, habla en nombre de los bilbaínos como si todos fueran él mismo. Pero el colectivo que trabajaba en Kukutza también formaba parte de Bilbao, aunque seguramente no le voten. Y tenía un reconocimiento social que algunos medios de comunicación se esfuerzan en ignorar. Claro, ahora estamos en el momento de las justificaciones. Que si no se dejaban desalojar, que si la propiedad privada, que si la ocupación, que si el auto judicial... Lo cierto es que Kukutza era lo que se puede ver en este vídeo y ahora es un solar. Y las negociaciones y las soluciones siempre tienen que ser anteriores a la Policía. Porque la Policía nunca es la solución. Pero esa es una idea que no pasa la censura.


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