domingo, 29 de julio de 2012

Fraggel Rock y los homosexuales


Siempre he sido fan de los fraggles (fraguels en castellano). No sólo me divertía verlos y seguir sus aventuras es que quería ser una de ellos. Para los que no saben de qué hablo, aquí tienen una presentación.

“Vamos a jugar, tus problemas déjalos. Para disfrutar, ven a Fraggle Rock”.



Los fraggles viven una vida muy despreocupada, emplean la mayor parte de su tiempo en jugar, explorar y disfrutar. La serie se centraba en un grupo de cinco amigos: Gobo, Musi, Rosi, Dudo y Bombo; cada uno con una personalidad bien definida. El líder, la artista, el indeciso… era muy entretenido ver cómo se enfrentaban a los dilemas desde su identidad específica. Y el tío Matt, el explorador, que enviaba las postales desde el mundo exterior –el de los humanos como nosotros-. ¡Qué buenos ratos!

Recupero mi cariño por los fraggle cuando leo que la compañía de su creador, Jim Henson Co, ha roto relaciones con una cadena de comida rápida estadounidense porque el presidente se había posicionado contra el matrimonio homosexual y reconocía que contribuía económicamente con organizaciones homófonas. Se acabó lo de regalar muñequitos fraggles a las criaturas que se zampan una hamburguesa. Divorcio por incompatibilidad de caracteres.

Los gays dan mucho juego. No hay manera de que les dejen vivir su vida. Imaginemos que a un grupo de trabajo se incorpora un homosexual de esos que no se esconde sino que milita. Con novio y comprometido con la causa. Es como la prueba del algodón de la intolerancia. Su sola presencia pone en evidencia muchas actitudes intransigentes que van desde el chiste a la crítica más o menos grosera. Todo eso aderezado con la muletilla “pero yo no tengo nada en contra, eh!”. Hay un tipo de gente –sobre todo hombres- a la que le pone muy nerviosa la proximidad de un gay. ¿Por qué será?

Así que me parece genial que los fraggles tomen postura. Veo necesario dejarlo claro. Algo así como decir “si a ti no te gustan los homosexuales a mí no me gustas tú”.

Recuerdo que en Fraggle Rock también vive otra especie de pequeñas criaturas humanoides, de color verde y que visten casco. Se la pasan trabajando. Levantan estructuras de una sustancia que es pura golosina para los fraggle. Mientras la legión de curris trabaja sin descanso, unos pocos fraggles holgazanean, se alimentan del esfuerzo de los pequeños curris y consultan sus problemas con una montaña de basura. ¡Madre mía! Ahora que lo pienso, ya vivo en Fraggel Rock sólo que me ha tocado ser curri…

Aquí un trocito del primer episodio de Fraggel Rock. Otro día hablaremos de Pippi Calzaslargas.




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