martes, 9 de julio de 2019

Mujer sin difusor

Esto va de una mujer con el pelo rizado - yo misma- que para secarse el cabello utiliza un difusor. Y del día que tuvo que salir de viaje sin el.
Fuera de nuestro entorno, de casita, somos más conscientes de nuestras dependencias, justamente porque lo que damos por sentado nos falta. No me refiero a tener cubiertas las necesidades básicas: agua potable, colchón, comida, retrete, papel higiénico... Si no a las otras: champú, hidratante, pasta dentífrica, secador con difusor. Esas cosas que acarreamos de origen a destino como un tesoro.
A estas alturas del texto ya habrá algún lector gracioso riéndose de mis banales preocupaciones (secador con difusión, !será boba!), Que sepan que sus burlas no me afectan. Las necesidades capilares de hombres y mujeres no son comparables.
La cuestión es que la viajera sin difusor se miró al espejo antes de salir hacia el aeropuerto y pensó que su melena rizada falsamente casual no iba a tener ese aspecto las próximas semanas y se percató de que su- nuestro- bienestar es frágil como una pompa de jabón.
!qué frivolidad!
Hay personas que sobreviven a guerras, al hambre, a terribles calamidades y enfermedades demoledoras y tú pierdes la serenidad por lo que no cabe en una maleta de turista!... Gora bihotzak!
Con las prioridades resueltas, facturada la maleta incompleta, no puede evitar un pellizco en la boca del estómago cuando la ve irse por la cinta. Llegaremos juntas o la primera relación con los locales será en un mostrador de reclamaciones?
Mantra para este viaje: solo tenemos lo que podemos perder en un naufragio. Cuidémonos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario