domingo, 20 de marzo de 2011

Chatarra radioactiva

Chatarra radioactiva eso es lo que quedará del planeta si la avaricia del ser humano, de algunos seres humanos, no encuentra enfrente cantidades industriales de sentido común. Del que usan los antinucleares.

Los japoneses conocían el peligro atómico en sus propias carnes. La destrucción, el horror y las víctimas de los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki llevó a Japón a adoptar los tres principios antinucleares: de no producción, de no posesión y de no autorización de armas nucleares sobre su territorio. Sin embargo, si utilizaban – utilizan- con profusión, la energía nuclear. Un terremoto seguido de un tsunami ha dejado en evidencia lo que ya se sabía pero no se quería pensar: un accidente en una central nuclear es un escenario aterrador donde el ser humano se encuentra de golpe con sus límites.

La radiación ha entrado ya en la cadena alimentaria. Y seguirán diciendo que no es peligroso. Y que la energía nuclear es imprescindible si queremos mantener los niveles de consumo. Nos asustarán con que hay que aceptar el riesgo si no queremos volver a las cavernas. Digo yo que mejor será apagar la luz que apagar la vida.

¿Y por qué les creemos? ¿Pero es que no hemos tenido ya suficientes pruebas de que el poder miente? Miente. Miente siempre que la verdad no le beneficia.

Hoy he visto en Mundo.Hoy (ETB2) el documental La guerra que nunca se ve, de John Pilger. Un reportaje excelente sobre el papel de los medios y los periodistas en las guerras. Periodistas empotrados, propaganda militar, campañas de desinformación... Se escucha decir, cuando lo de Hiroshima, que la radiación no producía enfermedades...

He intentado enlazar con el reportaje, pero no lo he encontrado en la página de EITB a pesar de que la presentadora ha dicho que estaría colgado una semana en la Web. Quizá mañana esté accesible. También hay información sobre el documental en la página de John Pilger. Merece la pena.

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