lunes, 23 de marzo de 2020

Confinamiento día 9: El DESEO DE CADA DÍA



Salud. Eso es lo que nos deseamos unos a otros en estos días. No pedimos nada excepcional. Solo pensamos en no enfermar. Lo que incluye mantener la mente juiciosa.

Uno de los peligros del encierro es obsesionarnos con la información. Querer saberlo todo y en todo momento no es saludable. Se publica mucho sobre el coronavirus. Y hay que sumar lo que comentamos y rebotamos a través de las redes sociales. Un avalancha de sobreinformación. Lo que  nos lleva a estar pensando en lo mismo todo el tiempo.

Si lo que nos llega no es verdadero, ni necesario; si no nos ayuda en nuestro quehacer cotidiano; si nos satura y somos incapaces de extraer consecuencias que nos hagan reflexionar en positivo... ¿no convendría echar el freno?

A mí me encanta leer periódicos -en papel y online-; soy consumidora compulsiva de informativos y me lo paso pipa buscando vídeos en internet, pero con este asunto de la emergencia sanitaria me he impuesto un límite (como con las patatas fritas). Abro una ventana horaria -unos 40-60 minutos al día- en la que me hago un recorrido por la actualidad. Luego, cierro. Y si me pillo a mí misma hablando o pensando sobre el tema me pongo a bailar, hago sentadillas o echo un euro en mi hucha-tetera. Se trata de parar el rulo de la preocupación y ponerse a otra cosa.

Bailar y las sentadillas me sientan bien, y con el dinero que ahorre me voy a ir de escapada en cuanto se acabe la reclusión.


2 comentarios:

  1. Riesgo de intoxicación, desde luego.
    Y el saludo, ¿se convertirá en salud y república?

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  2. Infoxicación quería escribir (p. corrector, jaja)

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