domingo, 15 de marzo de 2020

Confinamiento "flexible", día 1: PASEANDO LA BARRA DE PAN

Frente a mi ventana hay un solar: un espacio amplio de hierba que el Ayuntamiento acondiciona como aparcamiento en verano. Son bastantes metros. El edificio contiguo queda lo suficientemente distante como para poder tomar el sol en el balcón sin sentir que te miran. La campa tiene una  entrada para vehículos, cerrada durante ocho meses al año. Hay acera por los cuatro lados. Es un espacio vacío y limpio que hoy ha empezado a ser apreciado por un inusual tipo de persona: el paseante de pan.

Las medidas de confinamiento permiten sacar un rato al perro, pero no a las criaturas -sorprendente-; puedes ir a por tabaco, a la peluquería a hacerte unas mechas, y a trabajar, por supuesto, (debe ser que los centros de producción se contemplan como oasis asépticos ); pero no puedes darte una vuelta por ahí sin más motivo que la falta de aire. Así que las personas ansiosas se están inventando excusas y truquitos para no parecer unos insolidarios irresponsables. Algunos de mis vecinos han empezado a pasear con una barra de pan en la mano. Se dan unas vueltas por el solar, pisan la acera; de nuevo la hierba y, así durante una media hora. Con el pan como salvoconducto.

Los veo deambular en este domingo de entrenamiento -las restricciones deberían notarse más a partir de mañana - y pienso que lo van a pasar muy mal. Va a ser la suya una dura lucha entre el yo y el nosotros. Entre el individualismo y el bien común. Porque, claro, qué tiene de malo que yo -solo yo- me vaya a la playa o al monte... Nada, si no fuera porque otros muchos "yos" piensan lo mismo y se van a mover igual, al mismo sitio. Está pasando.

La flexibilidad no va a funcionar. Es una engañifa. Como la leche semidesnatada y los yogures con sabor a fruta. El virus se propaga veloz. Las muertes se han duplicado desde ayer en el Estado. Áraba supera las tasas de incidencia de Wuhan. No somos mejores ni más fuertes que los italianos. No hemos escuchado lo que nos dicen. !Qué desasosiego!

2 comentarios:

  1. Coincido con lo de pasear los perros y no el resto del mundo (sí, vale, los animales no transmiten al parecer el virus, pero no pasean solos)

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  2. Y los pobres bebés...en casa sin entender nada.

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