jueves, 9 de abril de 2020

Confinamiento día 26: CREATIVIDAD GENEROSA


¿Cuántas veces habéis pensado en estos días de reclusión lo bonito que sería saber tocar un instrumento? Yo, un montón. Cuerda, viento o percusión. Lo que sea, pero que entretenga y haga compañía. Si no fuera porque en una limpieza de trastero tiré la flauta de EGB estaría practicando la canción de cuna de Brahms, que todavía me acuerdo de las notas.

Me llegan mensajes por redes sociales contrastando lo mucho que se valora la música para mantener el equilibro mental y la serenidad, y lo maltratada que está en el sistema educativo. Es justo así. Una "maría" en el currículum. Si tienes interés te lo tienes que cultivar por tu cuenta. La escuela no te ayuda.

Pero no solo en la educación, en la sociedad, en general, a la música no se le da el lugar que debería tener. En las crisis es más evidente. Se cierran auditorios, se suspenden conciertos, se paraliza la actividad musical y no se habla de la precariedad de los artistas. Sin bolos no tienen ingresos.

A los que nos deleitan con su talento y su creatividad, (gracias a que recorren un arduo camino de aprendizaje y práctica diarios) solo les otorgamos el reconocimiento del aplauso.

Están bien los aplausos. Pero no sirven para pagar facturas.

Nos dan más de lo que reciben.

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