Una gran parte de mi
tiempo lo paso en la carretera, como los viejos rockeros, autopista arriba y
abajo. La A-8 es como el pasillo de mi casa. Y la AP-68, el patio donde cuelgo
la ropa. En los días libres me gusta ir de excursión a Baztan o a Biarritz. Tanto
trasladarme de un lado para otro me ha hecho tener una relación especial con el
espacio y la geografía. En unos sitios soy y estoy, en otros solo puedo estar.
Si tuviera que elegir un lugar al que volver una y otra vez, en un hipotético día de la marmota, sería Donostia. Es única. De una belleza tan tranquila y equilibrada... En un concurso de miss ciudad bonita rivalizaría con Venecia, sin duda, pero la tamborrada me aburre. Marijaia es mi diosa. Las mejores fiestas son las de Bilbao (aunque la fama se la lleven los sanfermines).
Piques deportivos aparte, somos muy parecidos. A
mi extensa familia solo le cuesta ponerse de acuerdo en una cosa: la hora de la
comida.
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