lunes, 27 de diciembre de 2021

BAM 6: mientras pueda bailar


No sé si la culpa fue del cha cha cha de Gabinete Caligari, o del merengue de Juan Luis Guerra, pero yo un día me arranqué a bailar y no he parado.

Moverse al ritmo de la música produce muchos efectos positivos en el cuerpo y en la mente: rebaja el estrés, alegra el ánimo, mejora la concentración… Bailar es una gozada. Y cualquiera puede hacerlo. De una manera sofisticada como la pareja del tango o a saltitos verbeneros, como en Sarri Sarri. La cosa es moverse.

Comparto la visión inclusiva de la danza que tenía el gran Antonio Gades: “la gente piensa que para bailar hay que ser joven, guapo, alto, delgado… Para nada es así. Bailar es expresar un sentimiento y lo puede hacer cualquiera”.


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